Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo: “Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí.
Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.
Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos”.
Palabra de Dios
P. Jorge Rodríguez pertence al equipo de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Lomas de Zamora. Vicario de la Parroquia San Francisco de Asís
Queridos amigos de Oleada Joven:Otra vez nos reunimos, como todos los Jueves, para escuchar a Jesús que quiere venir a nosotros a través de su Palabra.
Este Jueves encontramos a Jesús en el Monte de Los Olivos. Él siente una tristeza de muerte, una tristeza profunda. Cuanto más solo se siente, cuanto más le pesa la Pasión, se confía al Padre. Él confía todo su dolor al Padre. Y en ese confiarle al Padre, le confía a los suyos, a sus amigos, a los discípulos.
Y también nos confía a nosotros, los que creeríamos en el testimonio de los discípulos.
Qué bien nos hace saber antes de que existiéramos, Jesús ya había rezado por nosotros para que creyéramos en Él, para que seamos uno en Su nombre. Quiso mostrarnos cuánto nos ama el Padre, y no quiere dejarnos huérfanos. Por eso va a prepararnos un lugar. Ese lugar está en el Corazón del Padre. Qué bien nos hace saber que tenemos un lugar en el Corazón de Dios, gracias a Jesús. Qué bien nos hace saber que ese lugar que Jesús nos da en el Corazón de Dios por Amor, nos hace uno con Dios y nos hace uno entre nosotros, que nos compromete a poner el hombro ante las necesidades de los hermanos y donde Él asegura que, donde nosotros estemos, Él nos va a acompañar.
Pidámosle al Señor que en este Jueves nos ayude a comprender cada vez más este misterio de Amor en el que estamos comprometidos con Jesús, y que nos ayude a profundizar cada día nuestra amistad con Dios.