Un alma abrasada de amor no puede estarse inactiva

sábado, 7 de junio de
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Yo pido a Jesús que me atraiga a las llamas de su amor, que me una tan íntimamente a él que sea él quien viva y quien actúe en mí.

Siento que cuanto más abrase mi corazón el fuego del amor, con mayor fuerza diré “Atráeme”; y que cuanto más se acerquen las almas a mí (pobre trocito de hierro, si me alejase de la hoguera divina), más ligeras correrán tras los perfumes de su Amado.

Porque un alma abrasada de amor no puede estarse inactiva.



Fragmento de “Historia de un alma” de Santa Teresita del Niño Jesús

 

Mili Ortiz