Conocer el precio de la felicidad es, sin duda lo que el hombre desea con más vehemencia.
Toda su vida es una búsqueda – a veces desenfrenada- de todo lo que pueda darle placer y comodidad.
La “felicidad”, sin embargo, tiene tantos nombres y matices, que la gran mayoría no sabe con certeza donde encontrarla. La buscan por caminos falsos, atraídos por espejismos que se diluyen brúscamente, dejando un gusto amargo y las manos vacías en un corazón insatisfecho que creía haber hallado la soñada maravilla.
Como muchos no tienen VIDA INTERIOR, VIDA ESPIRITUAL- el don más precioso que ha recibido el hombre- no notan qué importante es, en este mundo efímero, DAR VALOR AL CORAZÓN Y PREPARARLO PARA LOS GRANDES MOMENTOS DE LA FE Y LA AMISTAD.
Saber que entre los contratiempos y adversidades de la Vida, existe alguien que nos reserva su ternura y su atención- cuando nadie tiene tiempo para nadie-. ¿no es un Tesoro de Inestimable valor?
Sentir la alegría de la espera, de los minutos que pasan y acortan la distancia que nos separa del que nos ama y fue atraído por nuestro corazón. ¿acaso no es maravilloso para quien todavía conoce el valor del sentimiento, en medio de la dureza asfáltica de nuestra vida?
Preparar, con cariño y desvelo, el corazón a veces suficiente y solitario, prepararlo para el abrazo del amigo y la sintonía del espíritu- que eleva y reanima-. ¿acaso no es mil veces más valioso que tener dinero en el Banco y tristeza en el alma?
Las pequeñas-grandes cosas son las que dan belleza y colorido a la Vida.
¡Y es esto lo que destruye la máquina! . Para ella, todo es innecesario.
Parecería tener los ojos vendados (¿ tendrá ojos, sino tiene corazón?…) , sin querer ver más allá de lo material e inmediato.
Pero el hombre no puede vivir solamente de “cosas”. Si se sofoca el espíritu y el corazón, el hombre morirá de tedio, de hastío y de soledad,enterrado en el palacio más lujoso, revestido de oro y mármol, lleno de dinero, pero muerto: espiritualmente muerto.
Entonces, ¿par qué haber vivido? ¿para conquistar fortunas y desconocer el precio de la verdadera felicidad?… ¿Dónde crees túque está la felicidad?
Autor: Schimitt C.