Evangelio según San Juan 1 , 29-34

viernes, 14 de enero de
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En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquél de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo”.Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

Palabra de Dios.

 

 


Monseñor Mario Maulión  Obispo de la Arquiócesis de Paraná.

 

El prólogo del evangelio de san Juan nos puede resultar un poco abstracto o lejano, sobre todo teniendo en cuenta lo que pueden ser los demás textos de este tiempo de la Navidad, que eran muy concretos, de cómo había nacido Jesús, lo que había pasado en todo ese periodo de la anunciación hasta el niño ya adolescente.

 

El evangelio de Dios, nos habla de una experiencia propia del apóstol que lo redactó, la experiencia de Jesús, que nos dice con sus palabras, lo que hemos visto y oído, lo que hemos tocado. Es decir, nos habla de esa experiencia que el apóstol, el evangelista, tubo de Jesús en esos años en que estuvo con él. Una experiencia muy personal de quien fue Jesús, como era, como vivía y como transmitía, y como iba desarrollando su actividad y al mismo tiempo, de ese Jesús, que el evangelista reconoce la existencia anterior, desde toda la eternidad, es decir, lo eterno de Jesús, y Jesús es el que avanza, así aparece en el evangelio de hoy, es la palabra que se engendra, es igual que Dios. Jesús es la palabra por la cual todo se fue hecho, todo se ah venido haciendo, en Él, esa palabra, Jesús es la vida. Una vida que es luz, no es simplemente la vida nuestra, humana, la vida natural. Es la vida, sobre todo, que viene de Dios, por eso en Jesús, brilla, como luz, como vida, como palabra, brilla en medio de las tinieblas, es decir, en medio de nuestra existencia oscura, con una vivencia que hace que los hombre son lleguemos a percibir claramente, esa palabra, esa vida, a ese Jesús.

 

Jesús es el que viene al mundo, nos dice Juan, y por eso, por el mundo, es que Jesús ah venido para salvarnos. Y a los que llegan a creer, les da el poder de ser hijos de Dios. Lo más fuerte que nos trae Jesús, es el perdón y es el amor de dios, es sobre todo, la vida. Porque nos hace hijos de Dios. Nuestra vida humana, es maravillosa, es también limitada, también termina. La vida que recibimos de nuestros padres, un día terminará. Pero por Jesús, tenemos una vida que no va a terminar nuca, es la que Juan nos lo dice, engendrados por Dios, desde el bautismo. Desde el bautismo, tenemos una vida que irá más allá de nuestra muerte, será para siempre. ¿Por qué? Porque Él puso su mirada entre nosotros. Dios está con nosotros, y Jesús es el que siendo el Dios con nosotros, es el que nos da la vida.

 

Esta es la profunda alegría de la fe cristiana. Del señor que viene, que nos da la vida y que nos hace vivir para siempre. Que esto sea, realmente un motivo para tener esa alegría y para desearnos realmente que tengamos un feliz domingo.

 

 

Oleada Joven