Evangelio según San Marcos 3, 22-30

sábado, 22 de enero de
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En aquel tiempo, unos escribas de Jerusalén decían acerca de Jesús:
«Tiene dentro a Belzebú».
Y añadían:
«Con el poder del príncipe de los demonios expulsa a los demonios».
Jesús los llamó y les propuso estas comparaciones:
«¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede permanecer. Si una familia está divida contra sí misma, esa familia no puede permanecer. Si Satanás se ha rebelado contra sí mismo y está divido, no puede permanecer sino que está llegando a su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al fuerte; sólo entonces podrá saquear su casa.
Les aseguro que todo se les podrá perdonar a los hombres, los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás; será considerado culpable para siempre».
Decía eso porque lo acusaban de estar poseído de un espíritu inmundo.

 

Palabra de Dios


Pbro. Maximiliano Turri

 

Hoy celebramos a María Reina de la Paz. Al celebrar este día yo quisiera compartir lo que se está celebrando en el partido de La Costa, en la provincia de Buenos Aires, precisamente la localidad en el balneario de San Bernardo. Ahí se realiza desde hace casi treinta años lo que se llama la marea de la paz, nació como oración por el conflicto de Malvinas y se mantuvo, y se mantiene a lo largo del tiempo.
                            
¿Qué es la marea de la paz? Se recorre con la imagen de María Stella Maris las playas del balneario de San Bernardo. Muchas personas se sorprenden y se acercan a tocarla y a rezar junto a ella, sorprende que en medio de la playa en el horario pico recorra la imagen de la Virgen la costa, el mar.
 
Comparto esto porque en este día celebramos junto a toda la Iglesia a María Reina de la Paz, ella es Madre del Príncipe de la paz, ella es la que engendró y dio a luz al que es el autor de la misma paz, paz que no es ausencia de conflicto sino que es la capacidad de que en los momentos tremendos de lucha y de conflicto se pueda conservar la fuerza de mantenerse firme, y eso es lo más difícil.
 
Esta es una ayuda que solamente nos viene de Dios, nosotros no podríamos mantenernos firmes y conservar la paz en los momentos difíciles.
Y esto nos lleva a descubrir que solamente permaneciendo en Dios y junto a María podemos mantenernos en el bien, en los momentos donde precisamente el conflicto saca lo peor de cada uno. En el mundo en el cual hoy vivimos, cargado de conflictos, en una sociedad donde solamente se señala esto; mirar a María Reina de la Paz nos ayuda a descubrir la necesidad que todos tenemos de la ayuda que nos viene de lo alto.
 
En este día junto a toda la Iglesia, en este día junto a nuestra patria, tan necesitada de la paz, la invocamos y clamamos a ella, María Reina de la Paz que interceda por nosotros.
Dios te bendiga.

 

Oleada Joven