Maximiliano Kolbe fue un sacerdote franciscano polaco, devoto de la Virgen María a quien hizo amar y conocer a partir de los medios de comunicación que creó. Se lo recuerda especialmente por haber ofrecido su vida por la de otro prisionero en el campo de concentración de Auschwitz donde se encontraba.
San Maximiliano Kolbe es el primer sacerdote canonizado tras las Segunda Guerra Mundial. Él hizo vida las palabras de Jesús: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”. Años más tarde el Papa Juan Pablo II, a un año de su elección como Pontífice, confesó en público que la vida de Maximiliano, también polaco, fue de mucha inspiración para su vocación. Entre sus palabras dijo: «Maximiliano Kobe hizo como Jesús, no sufrió la muerte sino que donó la vida».
La vida de San Maximiliano Kolbe puede terminar así, dice el P. Victor Manuel Fernandez, porque toda su existencia fue una entrega generosa, gota a gota, que lo fue preparando para pensar en los demás hasta ser capaz de entregar la vida. Durante su vida, se dedicó al anuncio del evangelio con todos los medios disponibles en la época incluyendo publicaciones gráficas “Caballero de la inmaculada” y la radio. Incluso, uno de sus sueños era poder producir películas con contenido religioso.
San Maximiliano Kolbe, patrono de los periodistas, nos deja el sello de su vida coherente y de su fidelidad sin límites. Te pedimos Señor por los periodistas para que sean anunciadores de la verdad y por cada uno de nosotros para que no dejemos de sacrificar nuestras vidas y nuestros dones por los demás.