Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña.
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: ‘Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: ‘¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?’. Ellos les respondieron: ‘Nadie nos ha contratado’. Entonces les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña’.
Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros’. Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario.
Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: ‘Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada’.
El propietario respondió a uno de ellos: ‘Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti.
¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?’. Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos”.
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario
Buen día, buen día. Como cada día, la Palabra viene a iluminar nuestros pasos, a encender nuestro corazón, para que siga haciéndose cada día más semejante al del Padre.
En este día se nos proclama la parábola de los obreros de la viña, que nos revela a Dios y su Reino en Jesús como alguien rico en generosidad y bondad, que nunca se cansa de salir a la calle o mejor dicho aún, siempre en la calle, yendo al encuentro, invitando a participar y trabajar en su viña y al terminar la jornada de trabajo, generosamente paga a todos lo mismo, porque es bueno.
Dice el cardenal Van Thuan, hablando de los cinco defectos de Jesús, que Él, (Jesús) no entiende de finanzas ni de economía, si fuera nombrado administrador de una comunidad o director de una empresa, esas instituciones quebrarían o irían a la bancarrota….lo hace a propósito, explicando: “¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero?”1
Que buena noticia es saber y experimentar a Dios que sale al encuentro, que invita, que llama, es generoso y loco por dar sus bienes.
La Palabra, también me llevo preguntarme: ¿me encontrará disponible? ¿Me encontrará en la plaza, en la calle, queriendo trabajar? o por el contrario ¿estaré encerrado en mi mismo o sentado al cordón de mi vereda, medio vago, exigiendo pero sin hacer nada?
Me preguntaba también si intento formar y hacer más parecido mi corazón y vida a imagen del Señor, saliendo siempre al encuentro del otro, invitando, compartiendo su vida con los demás, no dejando a nadie afuera.
Te comparto también las palabras del Papa Francisco a los jóvenes en Corea, que también nos la dice a nosotros: “Así como el Señor hizo brillar su gloria en el heroíco testimonio de los mártires, también quiere que resplandezca en sus vidas y que, a través de ustedes, ilumine la vida de este vasto Continente. Hoy, Cristo llama a la puerta de sus corazones. Él les llama a despertar, a estar bien despejados y atentos, a ver las cosas que realmente importan en la vida. Y, más aún, les pide que vayan por los caminos y senderos de este mundo, llamando a las puertas de los corazones de los otros, invitándolos a acogerlo en sus vidas…”
Gracias Señor por tanta generosidad y bondad que se manifiesta de muchos modos y formas, danos un corazón dispuesto y generoso que siempre este en la calle, anunciando, compartiendo, celebrando tu vida y presencia.
Que tengas lindo día. Dios te bendiga