DIOS ME ENTIENDE

miércoles, 20 de agosto de
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Dicen que soy mal cristiano
porque no me ven rezar.
¡Que venga Dios y me diga
en qué he podido faltar!


A veces, por el trabajo
o por el mucho viajar,
junto a los templos callados
paso de largo, nomás.


Busco la sombra de un árbol
cuando quiero descansar.
Son sueños de ojos abiertos
los que me pongo a soñar.


En silbos y remolinos,
lo miro al viento pasar.
Tal vez Dios se le ha perdido
y él lo ha salido a campear.


Yo me quedo muy tranquilo.
¿Para qué me he de apurar…?
Si el que lo busca por fuera
a Dios no lo va a encontrar.


Mi corazón es un pozo
y allí me pongo a rezar
cosas que los dos sabemos
y que ignoran los demás.


Miro a mi chango dormido,
cansado de travesear.
Y pa’ cuidarlo soy Tata,
cristiano, perro, jaguar.


Pobreza limpia del criollo…
Si por áhi me falta el pan,
las leguas que me galopo,
Dios y mi zaino sabrán.


Digan por áhi lo que digan,
perdono al que me hace mal.
Yo sé curar mis heridas
y rezo con mi cantar.


Dios me entiende, y yo lo entiendo.
Nos hablamos… sin hablar.


Atahualpa Yupanqui

 

Matias Agüero