Evangelio según San Lucas 6,1-5

martes, 2 de septiembre de
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Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían. Algunos fariseos les dijeron: “¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?”.

Jesús les respondió: “¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?”. Después les dijo: “El hijo del hombre es dueño del sábado”


Palabra de Dios



 


 P. Juan Martinez

 

 

Hola Amigos de la Radio, en esta mañana más fresca al menos en nuestra Córdoba y con algo de lluvia en estos días recibimos del Señor su Palabra en el Evangelio de san Lucas que acabamos de escuchar.

Hoy la imagen de Jesús atravesando un campo con sus discípulos y tomando algunas espigas pone en el centro de la escena la cuestión de la observancia del sábado.

Sabemos por el libro de los Números (15,32-36) que no respetar el sábado era una falta gravísima en la memoria de Dios que descansó según el relato sacerdotal de la creación en el Génesis. Y mirándonos como miembros del nuevo pueblo, de los discípulos de Jesús, es cierto que estamos llamados a guardar el Domingo como día del Señor.

Pero es difícil imaginar que sea una transgresión grave al descanso arrancar unas espigas al andar. Y es ahí donde Jesús hoy entra en la cuestión de que consiste “observar” o “guardar” el sábado. Y pone con citas de la misma Palabra: “¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?” ya el libro del Levítico (24,5-9) prohibía esto y David lo hizo en momento de necesidad (1 Sam 21,2-7). Con otro ejemplo de la misma fuente para Israel les hace ver la vulgaridad de una ley cumplida solo en la forma.

Cuando Dios quiere conservar un bien para nosotros, la ley asume la función de tutelarlo, de custodiar que eso sea fuente de vida para nosotros. En el caso del descanso del sábado se invita al pueblo que haciendo memoria del obrar de Dios y que descansa, el hombre a su imagen, viva de manera semejante. Pero de ahí a no poder arrancar unas espigas …

Qué atentos debemos estar siempre para que las prácticas, la mayoría de las veces con recta intención, no nos hagan perder el bien que quieren custodiar. Y con la misma fuerza decir que no sirve este texto para desechar la “ley” o aquellos preceptos con los que Dios quiere cuidar nuestro andar. Seríamos tan torpes si nos obcecamos en un cumplimiento al que Jesús recrimina hoy, como si nos encapricháramos en ir sin márgenes por la vida pretendiendo vivir la amistad con Dios.

Un buen punto de referencia es el que Jesús nos deja en el v5 “El Hijo del hombre es dueño del sábado”, en el Señor encontramos el equilibrio, el tino, la medida de agradar al Padre en fidelidad con la libertad de los hijos que nos regaló en el Bautismo.

El Señor te bendiga y que tengas un ¡buen sábado!

 

Radio Maria Argentina