Evangelio según San Marcos 4, 35-41

sábado, 29 de enero de
image_pdfimage_print


Aquel día, al caer la tarde, Jesús dijo a sus discípulos:
«Pasemos a la otra orilla». Ellos dejaron a la gente y lo llevaron en la barca, tal como estaba. Otras barcas lo acompañaban. Se levantó entonces una fuerte tempestad y las olas entraban en la barca, de manera que la barca estaba ya hundiéndose.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre un cojín; y lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?» El se levantó, ordenó calmarse al viento y dijo al lago: «¡Cállate! ¡Enmudece!» El viento amainó y sobrevino una gran calma. Y a ellos les dijo: «¿Por qué son tan cobardes? ¿Todavía no tienen fe?» Ellos se llenaron de un gran temor y se decían unos a otros: «¿Quién es éste, que hasta el viento y el lago lo obedecen?»

 

Palabra de Dios

 

 


 

 

 

 

Oleada Joven