Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos”.
El les dijo entonces: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino;danos cada día nuestro pan cotidiano;perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación”.
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Arquidiócesis de Rosario
Buen día, buen día, espero estes bien. ¡Que linda Palabra nos deja el Señor en este día! Imaginando la escena, veo los discípulos admirados por el estado y paz de Jesús al orar al Padre y con muchas ganas de poder vivir lo mismo. Por eso el pedido que le hacen: Enseñanos a Orar.
Estás, estamos invitados hoy a hacer lo mismo, pedir repetidamente, ¡enseñame, enseñanos a Orar!
Santa Teresa de Jesús, Maestra de oración y patrona de mi parroquia, decía: “...Cuando rezamos vocalmente no nos contentemos con sólo pronunciar palabras…Cuando repito el Padre Nuestro, será acto de amor entender quién es este Padre y quién es el Maestro que nos enseño esta oración…hagamos de cuenta que personalmente Cristo nos lo enseñó nos lo sigue enseñando interiorente, pues el Maestro nunca deja sólos a sus discipulos…”
Y como estoy a full con Teresa, en la novena parroquial, te dejo otras de sus algunas Palabras, respecto al Padre nuestro…
“…No nos dejes caer en la tentación…pedimos ayuda para saber apartar de nosotros la mentira, disfrazada de verdad, la venganza, disfrazada de justicia, la mezquindad, disfrazada de prudencia, la tibieza en el trabajo bajo la capa de la moderación….Pero la peor trampa es la de creernos mejores que los otros, creernos virtuosos. ¡Esta es la peor enfermedad del alma!…el mejor remedio es pedir repetidas veces al Padre, no nos dejes caer en la tentación, suplicarle nos libre de todo mal para siempre…
Librame de tu ausencia (el unico mal)
Librame de la muerte del alma.
Librame de tantos dolores, trabajos y fatigas…”
Señor enseñanos a orar, que seamos testimonio de oración confiada al Padre.