En la universidad conocí a Mackenson, de nacionalidad haitiana. Como muchas veces sucede frente a lo que nos resulta extraño, sentí curiosidad por conocer su historia. Lo asombroso es que resultó ser muy distinta a cómo había imaginado que sería.
Hasta el momento, sabía de Haití que más del 70% de su población se encuentra por debajo del índice de pobreza. Sin embargo, Mike me contó que, a pesar de ello, no existe el robo, siendo los altos índices de delincuencia algo a lo que aún no puede habituarse en Argentina.
A pesar de que la ONU ubica a Haití en la posición 145 de 177 países en el Índice de Desarrollo Humano, Mike halló el modo de mantener sus aspiraciones intactas y de llevar a cabo sus proyectos, hablando hasta el momento tres idiomas diferentes y conociendo varios países del exterior.
Mike me contó también sobre lo que Jackson Browne llamó “gente muy fuerte llena de belleza de espíritu, generosidad y esperanza”. Cuando el cantautor estadounidense Browne viajó a Haití, habló sobre un pueblo que trabaja en verdad duro para recuperarse no solo del terremoto, sino también de los efectos de cientos de años de gobiernos corruptos. Mi amigo Mike me habló de su país de la misma manera.
Entonces comprendí que solo conocía unas pocas historias sobre Haití. Y entendí las palabras de la novelista nigeriana Chimamanda Adichie: “Las historias importan. Muchas historias importan”.
¿Hubieras creído posible que un haitiano era capaz de encontrar la oportunidad y los medios para viajar al exterior impulsado solo por sus deseos de superación y profesionalización? Las historias que tienen como protagonista a un país colmado de catástrofes y miseria constituyen solo una parte de la realidad de Haití. Porque Mike es, sin dudas, testimonio de otra historia. Una historia aún más esperanzadora y constructiva de la cual se puede aprender mucho más si se está dispuesto a escucharla. Haití no puede ser solo considerado como “el país más pobre del hemisferio occidental”, porque eso significaría simplificar la existencia de un pueblo que trasciende profundamente a las catástrofes que ha sufrido. Escuchar las demás historias, como la que Mike puede narrar, y completar nuestra visión de la realidad, nos permite acercarnos a las personas que creemos diferentes, para descubrirlas iguales y aprender incluso de ellas.
Estamos compuestos de historias. Depende de nosotros escucharlas.
¡Mirá el siguiente video y conocé a Chimamanda Adichie!