¡Buen día Señor!

miércoles, 15 de octubre de
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Buenos días Señor, luego del descanso

de la noche comienzo el día saludándote

y agradeciendo tu protección

que no me abandona nunca.

 

La claridad de la mañana me recuerda

a tu presencia: por más que quiera taparla

con mis sábanas y ventanas,

ella siempre logra cegar la oscuridad.

 

Quiero que seas Vos quien abra las

ventanas esta mañana, no solo las de

mi habitación sino las de mi alma,

para que pueda encontrarme con esas

personas que pusiste en mi camino,

empapado de tu gracia y amor.

 

Que el día de hoy, cada mirada, cada aliento

y cada abrazo que regale sean tuyos…

 

Quiero que seas el regalo de todas esas

personas que me esperan hoy y la

sorpresa de las que aún no conozco.

 

Y que al volver a encontrarnos aquí ,

después de los trabajos del día, haya crecido,

haya perdonado y haya amado…

por un día más acompañado de tu amor.

 

 

Sebastián Figueroa

 

Oleada Joven