Jesús, a menudo no encuentro ningún acceso hacia mí mismo.
Me siento como separado de mí.
Y vivo rutinariamente…sin sentirme a mí mismo.
Y de ese modo tampoco puedo llegar a los demás.
Tú dijiste: “Yo soy la puerta”. Dame la llave para que se abra la puerta de mi corazón,
para que yo pueda entrar en mi interioridad y descubra que tú vives en mí.
Sé tú la puerta para que yo encuentre el acceso a mis amigos,
para que la vida y el amor entre nosotros vuelvan a fluir.
A veces tengo la impresión de que me están cerrando todas las puertas que llevan a un futuro mejor.
Ábreme la puerta para que pueda ingresar a nuevas áreas de mi vida,
para que descubra una perspectiva que le dé sentido.
Muéstrame todo lo que me moviliza, que tú estás conmigo.
Eres la puerta que lleva a la morada en la cual yo me encuentro a mí mismo,
encuentro a mis amigos, encuentro la vida.
¡Que así sea!
Anselm Grün