Hacernos prójimos

lunes, 17 de noviembre de
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La proximidad no es una medida física sino una dimensión del corazón. En la Parabola del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37), Jesús da un gran rodeo para llegar al centro del mensaje que quería dar. Seguramente, la respuesta debe haber dejado atónito a sus oyentes. Jesús al narrar esta parábola narraba su propia historia.

Jesús vió que había entre nosotros mucha gente herida, mucha gente mutilada, que había pobres y humillados, que había muchas personas solas y extraviadas. Él percibió que pocos en este mundo se acercaba a los sufrientes porque, por lo general, no son próximos a nadie. Jesús percibió que en este mundo a pesar de la cercanía física había distancias y a veces abismos muy profundos que separaban al hombre de su hermano. Entonces el Señor decidió allanar esos abismos, Él que compartía el ser de Dios, decidió compartirlo con la humanidad que estaba abandonada. Jesús se hizo samaritano y se detuvo en el camino que bajaba de Jerusalén a Jericó; se detuvo en mi camino y en un recodo de esa ruta estaba también yo. Y Él quiso hacerse cercanía mía, de todos… Se hizo prójimo.

Con su ejemplo Jesús cambió la perspectiva del fariseo que preguntaba por su prójimo; respondió la pregunta dando la vuelta, se puso del lado de los que sufren y de los caídos, y desde ahí miró para ver quién era capaz de acercarse al desvalido y se hacía próximo al necesitado. Por eso en lugar de preguntar quién era prójimo del Samaritano, preguntó quien se hizo prójimo. Por eso no es importante ver quién es mi prójimo, sino a quién me hago prójimo, por quién me preocupo, a quién le doy de mi tiempo, por quién corro riesgos, a quién le doy una mano…

Todos buscamos que nos amen y consuelen, pero Jesús nos invita a cambiar la perspectiva, no sólo buscar mi propia compañía sino que nadie quede solo. El problema no es saber quiénes están cerca mío sino de quién me hago prójimo. Es importante centrar la vida en el otro y no en mí mismo.

Hoy le pedimos al Señor que nos amplíe la mirada. Él que en este momento se hace mi prójimo, que me ama así como soy, que hoy toma la iniciativa de acercarse, que me dice que soy importante para Él… Esto es a lo que Jesús me invita a hacer por los demás.

 

Pedimos al Señor que vea, que me abra los ojos a los demás, que vea mis falsas ilusiones para poner la esperanza únicamente en Él.

 

P. Julio Merediz Sj

Fragmento del día 6 de Ejercicios Espirituales en Radio María

2013