Estamos a pocos días de la Navidad, del gran acontecimiento que marcó un antes y un después en la humanidad: que Dios se hace hombre, que “Vino y puso su morada entre nosotros” (Jn 1, 14).
¿Cómo llegas a esta fiesta? ¿Sentís que sin darte cuenta el calendario se te adelantó? ¡Ánimo! todavía estamos a tiempo de preparar el corazón, de hacer lugar para el que está por nacer. Lo mejor no sólo está por venir, sino que está llegando. La vida nueva siempre trae novedad, expectativas, admiración, alegría y genera que nos encontremos a contemplar al recién nacido.
Algunos detalles a tener en cuenta:
1) Que no se te pase la hora
2) Ir allanando los caminos, hacer lugar, para el que llega
3) Soñá, creé, alegrate desde antes, porque está viniendo
4) ¡A celebrar! Ya llegó y está a la puerta. Abrile y que pase
Agradecemos las fotografías, gentileza de Pastoralsj.org
Señor, te estamos esperando…
Con una mezcla de esperanza, impaciencia,
inquietud e ilusión, pero a la vez teñido de un cierto miedo,
a que todo siga igual, a que nada cambie en nuestras vidas.
Seguimos necesitando encontrarte,
descubrir dónde vivis, en qué lugares te escondés,
dónde buscarte cuando creemos perderte.
Pero a la vez sabemos que vos nos buscás
en todo momento, que buscás las mil y un maneras
para salir a nuestro encuentro.
Danos tus ojos para poder verte, danos
oidos de discípulos para poder
escucharte y seguirte.
Danos corazón de niños para seguir admirándonos
de tus caminos, de tus maneras, de tus modos…
Danos un corazón sencillo para poder albergarte…
vos elegiste un lugar pobre, retirado,
humilde y oscuro para nacer.
Hoy queres nacer en nuestro corazón,
queremos ser dóciles para que vos
vayas formándonos como quieras.