Evangelio segun San Mateo 5, 17-37

viernes, 11 de febrero de
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No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.  Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.


Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.  Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,  deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.  Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.  Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.


Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio.
Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.


Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey.  No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.


Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.



Palabra de Dios




P. Javier Bonechi  Sacerdote salesiano de la ciudad de Córdoba

 

 

 

 

 

 

 

Soy Javier Bonecci, salesiano sacerdote, estoy en la parroquia san Juan Bosco y san domingo sabio y en la ciudad de córdoba, los invito a compartir la reflexión del evangelio de hoy.
 
 
El evangelio de san mateo en estos domingo nos va presentando un programa de vida que es del mismo Jesús. Hace unos domingos las bienaventuranzas, el domingo pasado ser sal y ser luz, y hoy la actitud ante la ley; una ley que nos tiene que ayudar a vivirla más desde el corazón, desde lo profundo.
 
 
Quizás no siempre tomamos conciencia de lo que en realidad, a veces, nos contenta cumpliendo desde el exterior. Cumplir desde el corazón nos involucra más, nos implica también ciertas exigencias que no siempre las tenemos en cuenta. A la vez también, esta justicia que presenta, esta nueva forma de creer en la justicia, nos invita a vivir en la ley desde la libertad, no tanto desde el miedo, o vivir la fe, o vivir nuestro encuentro con Jesús por obligación.
 
 
Se debería convertir siempre y cada vez más, nuestro encuentro con Él  en la experiencia, en la intimidad, en el encuentro. Y quizás esa puede ser una de las claves, entender cuando Jesús nos está hablando de esto de la ofrenda. Una ofrenda que se hace pura siempre que nosotros la podemos vivir desde esta justicia que pone en clave Jesús, que es la del Amor. Una justicia a la cual aparentemente, no estaban preparados los escribas y fariseos. Pero nosotros tenemos elementos para que así sea. Desde Jesús, queremos vivir la ofrenda de la entrega a Jesús, con el corazón, y si hay algo que no está resuelto con nuestro hermano, lo tenemos que resolver, para que sea de verdad encuentro también con él.
 
 
Cuando vamos haciendo camino de esta vivencia de la ley y de esta vivencia de la fe, nos quedamos a veces en  formulismos, nos quedamos a veces en cumplimientos que no nos involucran desde lo profundo y quizás es un lindo día hoy, para poder revisar cómo es mi actitud ante las enseñanzas de Jesús, si en realidad cuando trato de vivir algunos de los mandamientos, sea el que sea, en realidad me proyectan a vivir más desde el amor a Dios y a mis hermanos y en la medida que eso me involucra, tengo que resolver lo que no está resuelto en nuestra relación con ellos.  A veces nuestra moral, que es un elemento y un recurso para hacernos más libres, a veces nos deja paralizados, porque creemos que porque cumplo esto tengo resuelta mi relación con Él.
 
 
Un lindo día también para poder mirar no solo como somos ante la ley sino también cual es esa consecuencia directa de la cual hace referencia la justicia de la que habla Jesús, una justicia que no tanto en el formalismo, sino que a veces nos involucra y nos hace que en realidad provoquemos cambios. “Yo no mate a nadie, ya está, estoy cumpliendo una ley”, pero el Amor nos invita a que no nos quedemos en ese peldaño de lo mínimo, sino que demos un paso más.
 
 
 A la vez también, un lindo día para ver cómo somos sinceros, hacia el final del evangelio, esto de que tu palabra misma sea un “sí” cuando es “sí” y sea un “no” cuando es “no”. Vivir desde lo profundo, desde el corazón, significa entrar en nosotros mismos, dejarnos querer por Dios, entrar a zonas a veces un poco oscuras que nos cuestan resolver desde nosotros mismos, pero a la vez no mentirnos y no mentir a los demás. No obrar desde el escenario, sino obrar desde lo que somos.
 
 
Que podamos en este día, en este domingo, convertir nuestra vida en ofrenda, una ofrenda de Amor, una ofrenda que haga realidad que nuestras celebraciones son encuentro con la persona de Jesús y no tanto cumplir el precepto.
Que la presencia de nuestro Dios, el Dios de Jesús, celebrado en cada una de las Eucaristías, en cada una de nuestras Fiestas, sea eso, algo que le da sentido a nuestra vida y que, nos invita a vivir en esta nueva forma de hacer justicia, una justicia desde el Amor y no desde lo retributivo simplemente.

 

Oleada Joven