San Juan Diego

martes, 9 de diciembre de

Hoy recordamos a San Juan Diego, el indio sencillo y humilde que contempló el rostro dulce de la Virgen del Tepeyac. Ella le regala como señal unas rosas preciosas, y él al mostrarlas al obispo, descubre grabada en su tilma la bendita imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.

 

En las diversas apariciones de la Virgen a Juan Diego, en una oportunidad, antes del suceso de la tilma, pasaba él rápido por un camino diferente para evitar a la Señora, porque su tío estaba muy grave. Pero entonces Ella se apareció frente a él, y le preguntó, “¿Qué pasa, hijito mío? ¿A dónde vas?”. Él, turbado, le contestó: “Mi jovencita, la más pequeña de mis hijas, mi niña, espero que estés contenta. ¿Cómo te encuentras esta mañana? ¿Te sientes bien?” Y le dijo que iba a buscar un sacerdote, porque su tío se moría. Ella le contestó: “Pon esto en tu corazón, mi pequeño hijo: no temas. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No te encuentras bajo mi sombra, a mi cobijo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás tú en el pliegue de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Necesitas algo más?” Y le dijo que su tío ya estaba fuera de peligro. (Y en aquel mismo momento sanó su tío, como después se supo.)

 

Pedimos hoy a María que a través de San Juan Diego nos enseñe a evangelizar respetando la cultura de cada pueblo o comunidad.

 

 

 

Fuente: Radio María Argentina

 

Oleada Joven