(Un relato que tiene como metáfora el Dinero como dios del mundo, inspirado en las palabras del padre Martín Descalzo, en especial recomiendo su imperdible artículo publicado aquí por Milagros Rodón: http://www.oleadajoven.org.ar/index.php/Articulos/10190/y-ustedes-qui-n-dicen-que-soy-yo)
UN DIOS EFECTIVO POR FAVOR
Hay multimillonarios que gastan la vida en llorar por creerse pobres.
Padre Martín Descalzo
I
Una cosa que siempre se preguntará la humanidad sobre el Señor es qué fue de su vida hasta la predicación pública; la Biblia resuelve el asunto en unas breves líneas: “Jesús obedecía en todo a su padre y a su madre y crecía en sabiduría y en edad delante de Dios y de los hombres” (Lc. 2), aunque no se dice que lo hubiera hecho de muy buena gana, aunque, quién sabe, quizá Jesús prefería hacer otras cosas que ir a ayudarle a su padre adoptivo san José en el taller de carpintería, y yo creo tener suficientes pruebas extraídas de los mismos evangelios de que Jesucristo tenía una vocación distinta de la de su padre: el quería ser chef. Y fue el más grande chef de la historia de la humanidad, observen estas citas evangélicas de cómo Jesús nos fue preparando la cena: “fe como un granito de mostaza” (Lc. 17), a más de “la sal del mundo, nosotros, una cosa excelente” (Mt. 5), el Señor pide para nosotros “matar el ternero más gordo” (Lc. 15), que “nos llenemos de aceite”, (Mt. 25), “llenar hasta el borde de agua las tinajas haciendo todo como él nos diga, según María, quien como nadie sabía de las delicias que preparaba su hijo” (Jn. 2), que “observemos bien cuando la higuera esté dando brotes porque va a venirnos la salvación” (Lc. 21), “llenar tanto de peces las redes que estén a punto de romperse y ser pescadores de hombres” (Lc. 5), y finalmente que “nos cuidemos de la levadura de los fariseos” (Lc. 12) y “miremos cuando el campo esté listo para la siega” (Jn. 4), e inmediatamente la cena está preparada, y he aquí que el Señor nos alcanza el pan y nos dice “tomad y comed todos, y luego la copa y nos dice tal cual, tomad y bebed todos, y hacedlo en conmemoración mía” (Lc. 22). ¡Salud!
II
Ese día que lo dijo todo, que lo dejó todo, que no pudo más que encontrar todo revuelto en el placer, un diletante excepcional, estamos hablando de él, de Jesús, y de su amigo traidor, Judas Iscariote, el señor del mal. Tal vez se hayan preguntado quién pudo haberlo inducido a tal crimen, quién pudo haberlo encontrado revuelto y revoltoso todo el día. Ustedes saquen sus propias conclusiones. Un día como cualquier otro Judas caminaba sobre el desierto, y meditaba sobre las palabras que el Señor había dicho a los hombres. Tanto Jesús como Judas eran buenos amigos, y solían pasar más tiempo juntos que lo que el Señor lo hacía con el resto de los discípulos, a los que quería pero a los que nunca habría revelado su macabro plan que los catapultaría a él y a Judas a la historia, aunque con suerte desigual. Obviamente Judas nunca quiso su final, sino que Jesús lo tenía todo fríamente calculado, y para ello necesitaba dinero, sí señores, el mismo Señor que habría necesitado de milagros para demostrar su poderío entre los hombres también necesitaba dinero, y obviamente el de Judas, el de la bolsa común. Así obraban Jesús y Judas, en un acto que no paso a la historia como en verdad fue pero que después de esta revelación de mi pluma dejará a todos boquiabiertos, y hará conocer al hombre la dimensión de su estupidez histórica, ¡cínicos! Lo que en verdad ocurrió no fue sino lo siguiente: Jesús jamás hizo milagros, era Judas quien los hacía, sí señores, sacaba dinero de la bolsa común y convencía a la gente con plata, de que se hiciera la muerta, la paralítica, la sordomuda y la ciega, y los compraba, como así también a unos cuantos lloraduelos, y así su amigo Jesús quedaría para los anales de la historia judía como aquel que podía salvar a la humanidad pero no a sí mismo, sí, así lo habían decidido las dos personas que más huella dejaron en nuestro universo de necios. Aquel Señor que dijo, Yo Soy, y aquel que no pudo sino replicar ¿seré yo, Maestro? Aunque las cosas no salieron del todo como las esperaban ambos, bah, más bien Judas nunca quiso quedar como el traidor total de la humanidad y de Dios, el pacto era bien distinto, y en él nunca estuvo considerada, en un principio, la muerte de ninguno de ellos. En el mismo pacto ambos quedarían impunes de sus pecados, y devolverían al pueblo judío la paz que habían perdido. Judas se reveló sin embargo como alguien que no sabía que la gente trata con desigual admiración a quien es vapuleado por el hombre, azotado y condenado con horror, que a quien meramente se cuelga de un árbol dizque arrepentido de sus pecados pero el que sí lo sabía era Jesús, así que cuando vinieron con palos y espadas a su puerta él no pudo menos que decir, es él, previo acuerdo con los sacerdotes judíos, en lo que fue quizá el primer beso mafioso de la historia, baste decir que con el dinero de las recaudaciones de sus exhibiciones circenses de espectaculares milagros habían podido convencer a todos de su bondad, pero la gente se enteró y ya no los quiso ni ver, ni a Jesús ni a sus discípulos, los quiso comer vivos, se habían aprovechado de su ingenuidad, así que cuando Jesús dijo, es él, a quien voy a besar ahora, Judas sabía ya que ese era el destino que le correspondía por haber revelado el secreto, condena que soportó estoicamente clavado en la cruz convencido de que algún día el pueblo judío lo perdonaría y sabría que él lo había hecho por ellos, para darles un poco de fe y amor ante tanto yugo romano. Lo demás fue simple, y lo hicieron los discípulos, que no dejaron escapar a Jesús, lo colgaron de un árbol dándole la condena a su juicio merecida por ladrón y mentiroso, quedándose ellos con la artificiosa gloria póstuma de aquel Señor que soportó estoicamente la cruz del pecador y en el que aún muchos creían a fuerza de parábolas rebuscadas y milagros falsos, y a quien hicieron resucitar y ascender al cielo mediante artimañas de magia aprendidas de un libro escrito por el propio Jesús que jamás se revelaron, y Judas, que en realidad era Jesús, quedó para siempre como el traidor a la causa, la que siempre fue un secreto pero que hoy revelo.
Agosto de 2012 después de Cristo (o más bien de Judas)
III
Cierto día a un psicólogo consultor de empresas muy apreciado le ofrecieron dado lo profundo de sus cavilaciones que habían leído en uno de sus libros de autoayuda y superación personal best seller en Argentina dar una conferencia de prensa ante muchos de los hombres más emprendedores y ricos del mundo en Bs. As. Resulta que el psicólogo era cristiano converso, y por esto era discriminado entre este grupo de los más notables de toda la Tierra, llenos de todas las riquezas del mundo, a los que el psicólogo quería convencer de que Jesús vino para todos los pecadores aun más que para los santos, pues esta gente realmente menospreciaba a Jesús, porque alguien que dice que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el Reino de los Cielos no es precisamente de la filosofía de los mayores multimillonarios del mundo, y así el psicólogo les habló de que Jesús no era alguien que desconociese el valor de la prosperidad económica, de hecho, los ricos tenían entre sus lecturas preferidas a Nietzsche, quien era para ellos mucho más benévolo con sus riquezas y posesiones que Jesús. Sin embargo empezaron las preguntas, porque Jesús les caía sumamente antipático, ya que creían que el Señor quería meterse con sus riquezas, ellos estaban muy conscientes de estar en una situación extremadamente privilegiada, de que hay infinidad de méndigos que piden solo una moneda, suicidios de gente que no puede pagar sus deudas, y muchos para ellos mediocres de la clase media, baja, etc. que darían su vida por vivir como ellos. La verdad, no ha de ser poca cosa saber que el mundo es para mí, que soy el que es querido en virtud de mi fortuna, el foco y objeto de las más esmeradas publicidades, que todo lo que se puede hacer los ricos lo pueden, que son la única envidia de todo el universo, que todo lo que se puede comprar, casi todo, porque sin duda es más grato alguien lleno de dinero que alguien sin nada, es para ellos. Y así intentaba convencerlos de que Jesús era como ellos, de que era el Hijo del Hombre, que se hizo uno con todos nosotros, sí, también con los ricos, y de que era la gallina de los huevos de oro. Alguien osó preguntar, pero entonces, ¿por qué vivía como pobre diablo?, ¿qué, es una impostura filosófica a lo Diógenes?, ¿no es sumamente extraño que el Hijo del Dios Omnipotente como ustedes rezan en vuestro Credo viva como nómade y hasta se queje de sus adversas circunstancias? ¿Porque si Dios podía darle prefirió quitarle? No es para nada grato creo yo, dijo uno de los ricos. Por qué Jesús prefirió la pobreza, era algo inconcebible para esta manada de gente riquísima que preferiría la muerte a perder sus posesiones, y así surgió el tema del joven rico, ¿cuál es el sentido de esa inversión, de cambiar riqueza por pobreza, saciedad por hambre, risa por lágrima, como dicen las Bienaventuranzas? Entiende que es inconcebible para nosotros. Y el psicólogo les contó que Jesús era puro espíritu, que tenía todo, que el Padre estaba con Él, y que el mismo Señor que recriminó a los ricos que ya tenían su consuelo, también fue un exitoso empresario que sació de pan a una multitud de millares y que siendo quien proclamó, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, era descendiente de Salomón, rey judío del que se cuenta en la Biblia que vivía en la opulencia con cientos de esposas y concubinas de las más hermosas de su reino, y que Él también era Rey, el mismo que exclamó que a quien tiene, se le dará…
Todos quedaron muy satisfechos, pero alguien hizo una pregunta que hizo transpirar al psicólogo: ¿por qué es traicionado por su propio discípulo, por qué lo vende por apenas 30 monedas, considerando que tanto querían su cabeza los Sumos Sacerdotes, por qué ni siquiera regateó, si era tal, la gallina de los huevos de oro? Y el psicólogo les dijo que su Reinado no era de este mundo. Y finalmente les habló de Zaqueo, a quien Jesús le dijo que bajara del árbol al que se había subido para verlo entre la multitud, ya que hoy mismo iría a su casa, a lo que Zaqueo exclamó que daría la mitad de lo suyo a los pobres y cuatro veces más a quien él hubiera hecho algún daño. Todos quedaron muy conmovidos y se propusieron hacer actos de amor al prójimo como Zaqueo, pero era el psicólogo quien estaba más contento porque había hecho como la viuda pobre del Evangelio dando todo de sí para aumentar la fe en el mundo.
IV
(A mi tío Omar Brandán, fallecido este año 2013)
Era tan pero tan pobre, rotoso y arrastrado que una ramera le hubiera agarrado asco al miserable, un esperpento y así estaba esperando de la vida una solución cualquiera en una noche cualquiera vomitando lo que había tomado de un vaso de vidrio que había juntado con un montón de basura del basural el muy infeliz sujeto, ¿quién podría imaginarse, quién podría comprender lo que es la pobreza en estado puro? Este hombre lo hacía, la escrutaba en todos sus gestos y en sus actos, vomitaba de ella, su sangre era la de la pobreza y estaba maldita del mundo, no sabía lo que era leer, escribir, mataba pájaros y los comía con plumaje y todo, era increíble que estuviera vivo con esa cabeza frita por el tiempo y las horas bajo el puente, las horas bajo la luz del sol y las tinieblas de la noche, todo le era familiar cuando caminaba, en especial las ratas de alcantarilla, algunas eran sus mejores amigas, era un milagro de la naturaleza, era un milagro que no hubiera contraído la peste o alguna enfermedad terminal del pobre, ya no se preocupaba de nada, en realidad es una situación espiritual que envidiarían muchos ricos y poderosos, no depender de nada más que de sí mismos y el universo, él era todo y estaba en su centro, no deseaba nada pero obviamente, no amaba con demasiado ahínco la vida, aun las quiméricas cifras estadísticas del Indec eran para el imposibles, no tenía ropa más que la que llevaba puesta, se aseaba cuando sentía la necesidad en algún río o pileta, o bien cuando caía la lluvia. Estaba tan enfermo y tan sano a la vez, pero todo cambió aquel día magnifico de su encuentro con la mujer que le trajo ese papel y que así decía, que era el único heredero de una descomunal fortuna de más de cien de millones de dólares, acá parecería entrar el realismo mágico en el relato, pero no es así, realmente este pobre diablo se convirtió en un segundo en uno de los seres humanos más ricos y de mayor fortuna del país, tenía tanto dinero que en toda su vida rastrera jamás hubiera imaginado que la vida le hubiera dado la limosna de las limosnas, por la que muchos viven y se desviven y muren en el intento de acariciar sus dulzuras, se había convertido en súper multimillonario. La noticia le fue dada de la siguiente manera, señor, aquí tiene, en un trapo sucio le envolvió la carta, para que él notara el resto como propio, la mujer no era cualquiera; era una empleada pública que le dio la noticia, y al pobre diablo casi le dio un infarto pero este pobre sujeto, que no tenía para comer ni para levantarse de mañana más que desazón sobre desazón, pena sobre pena, encontró en esta mujer que le hablaba de una fortuna millonaria una desazón mayúscula, qué quería lograr dando esta noticia a alguien que no tiene nada, qué le querría embaucar, de qué burlarse pero él no sabía nada ni nada tenía, y así en su encuentro con la mujer del dinero grande él le dijo que tenía que trabajar, que mendigar al que pasara y la mujer le dio una bofetada y le dijo que era una gran fortuna, exactamente 104 millones de dólares que un pariente desconocido de Jujuy le había dejado en el bolsillo a este pobre diablo, que se transformó en el mendigo más rico de la historia de la humanidad. No pasó mucho tiempo hasta que lo tuvo todo, una casa tan grande como para aguantar su felicidad desbordante, un auto último modelo, empezó a leer y a escribir muy bien y también le tenían respeto, era el ser humano más amado y odiado del mundo, la prensa lo perseguía para saber qué se siente de pasar de no tener nada a tenerlo todo, era el sueño del pibe, todas las mujeres lo querían y ya nadie se acordaba del rotoso pobre diablo que era, se había transformado en una persona…
FIN