El sentirse amado por Alguien que dio la vida por mí, que entrego todo su Ser por cuidar el mío, el sentirme protegido por Él, el poder sentir su amor en cada cosa que el creo, el saber que cada una de las cosas que realice en mi vida es algo muy importante para esa persona, el sentir su presencia viva, presencia de Amigo y hermano, es y debe ser para cada uno de nosotros motivo de gratitud, pero, ¿Cómo pagar al Señor todo lo que ha hecho por nosotros?, es una pregunta muy difícil de responder, pero sabemos que Dios en su infinito amor nos pide únicamente algo y es: Unirnos más a ÉL, encontrar únicamente en su amor esa seguridad eterna y poder decir como santa Teresita “tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”.
Gracias Señor, porque tu inmenso amor cubre mi pequeñez y mi nada, guíame por tu camino y haz que siempre te amé inmensamente y pueda decir con valiente voz “AQUÍ ESTOY SEÑOR PARA HACER TU VOLUNTAD” salmo 29.