“Muchas veces te cerré la puerta, otras ni la abrí.Hoy te pido, Niño, que nazcas y permanezcas en mí.
No soy digna de que entres en mi casa,pero tu ternura bastará para saciar mi alma.
Mi corazón sea sitio donde puedas morar,y que esto me impulse cada día más a amar.
Este pesebre necesita y anhela tu presencia;la esperanza que traes, sé que es lo que hará mi vida nueva.
Es que no hace falta mucho para recibirte,solo estar dispuesto a confiar en tu mirada de paz y, así, seguirte.
Te contemplo y veo lo grande que sos al hacerte pequeño,que así lo quieras es un gran misteriopero de esta forma me enseñas a darme a los demás: con dulzura y humildad,conduciéndome en el camino de la felicidad.”
(Cecilia Fernández)
23/12/2015