Dios en pañales…

jueves, 31 de diciembre de
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“Muchas veces te cerré la puerta, otras ni la abrí.
Hoy te pido, Niño, que nazcas y permanezcas en mí.

No soy digna de que entres en mi casa,
pero tu ternura bastará para saciar mi alma.

Mi corazón sea sitio donde puedas morar,
y que esto me impulse cada día más a amar.

Este pesebre necesita y anhela tu presencia;
la esperanza que traes, sé que es lo que hará mi vida nueva.

Es que no hace falta mucho para recibirte,
solo estar dispuesto a confiar en tu mirada de paz y, así, seguirte.

Te contemplo y veo lo grande que sos al hacerte pequeño,
que así lo quieras es un gran misterio
pero de esta forma me enseñas a darme a los demás: con dulzura y humildad,
conduciéndome en el camino de la felicidad.”

(Cecilia Fernández)

23/12/2015

 

 

Cecilia Fernández