Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: “Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado. Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste.
Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera. Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra.
Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti,porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti.”
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Arquidiócesis de Rosario
Habiendo celebrado la Asención y glorificación de Jesús, la Palabra en estos días nos regala la oración Sacerdotal, intercesora del Salvador.
Que lindo es volver a saborear la oración de Jesús aprendiendo también de Él, a Orar. Les comparto algunas frases de la oración de Jesús que acaban de escuchar.
“…Padre Glorifica a tu hijo, para que tu Hijo te glorifique…yo te he glorificado cumpliendo la obra que me encomendaste, que te conozcan a tí, el unico Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo…yo te he dado a conocer a aquellos que tu me diste…ellos aceptaron tu Palabra y en ellos he sido glorificado…”
Escuchando la oración de Jesús y orando con Él al Padre, estamos llamados también nosotros, sus discipulos a aceptar su Palabra con toda nuestra vida, con todo nuestro corazon, creyendo en Él, el unico Dios verdadero y en Jesús como Señor y Salvador.
Llamados a glorificar su nombre en nuestras vidas, viviendo cada día de tal modo, que nuestras obras, palabras, actitudes cotidianas, siempre glorifiquen su Nombre, de mayor Gloria a Dios.
Dios y Padre nuestro, muchas veces más que glorificarte te entristecemos, porque sólo pensamos en nosotros mismos, porque a veces no te creemos y claudicamos, porque tenemos miedo y vergüenza de anunciarte, porque nos olvidamos de tu Amor que nos Salva y nos da vida Eterna.
Te pedimos por eso que así como glorificaste a Jesús, nos envíes tu Espíritu Santo, que nos encienda, renueve, transforme, haciéndonos testigos generosos y confiados de tu vida, anunciadores de Buenas noticias, de salvación, dando siempre a conocer a Jesús y asi Glorificarte siempre. Que tengas lindo día. Dios te bendiga
Fuente: Radio Maria Argentina