En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él. Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos. Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías:
Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.
Palabra de Dios
P. Juan Martinez Sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba
Buen día Amigos de la Radio al encuentro con Jesús en su Palabra. Hoy el evangelio de Mateo que acabamos de escuchar nos presenta la controversia de Jesús con los fariseos continúa en la sinagoga. Éste era un lugar reservado para la lectura y el estudio de la Escritura, por lo que las acciones de Jesús eran un abierto desafío a la autoridad establecida. Les habló de la oveja caída en un pozo y lo natural que era salvarla, aún en día del Sabbat, y que con mayor razón tenemos el derecho y el deber de hacer bien a un hombre, incluso en sábado. Esta respuesta sobre el sábado, no les gustó a los fariseos, de modo que planearon el modo de acabar con Él.
Jesús se aleja de ellos, consciente del peligro que corre, sin responder con palabras ofensivas o acciones violentas. Quiere que la verdad brille por encima de las sombras en las que viven.
El Mesías no será un agitador ni un líder de multitudes, tampoco un ambicioso que busca la pelea, y usando la fuerza, pugna con otros por el poder, ni alguien que pretende apoyarse en la popularidad; es el siervo de Dios, que busca en cambio a los que necesitan su ayuda. El “Siervo de Yahvé”, anunciará su misión salvífica con el testimonio de su propia vida, respaldado con acciones concretas, en favor de los más pobres y desvalidos de la sociedad.
Su misión se realizará con el nuevo estilo del Espíritu: mansedumbre con el débil y vacilante. La justicia no se implanta arrollando al débil sino curando, enderezando, perdonando, haciendo revivir. Su camino será el del amor desinteresado que cura y ayuda al hombre.
La obra salvadora del Mesías, no se circunscribe al pueblo de Israel ni tampoco a los primeros pueblos que tuvieron la suerte de recibir el evangelio: todas las naciones son amadas de Dios en Cristo, y Jesús ha sido enviado a todas ellas.
El Servidor señala un nuevo camino que se debe recorrer para llegar a implantar este derecho, que coincide, con las aspiraciones universales de una sociedad justa.
Desde esta descripción de la actuación de este Mesías servidor, la Palabra de hoy es un llamado a los discípulos de Jesús a adoptar en nuestra vida su mismo estilo: ayudar, socorrer y hacer revivir a todos aquellos en que la vida se encuentra amenazada. Este estilo responde a las necesidades y a los más íntimos deseos del corazón de todo hombre, y es la piedra fundamental sobre la que se construye toda vida cristiana verdadera.
Al Señor que ha venido a nuestro encuentro dejemos que nos provoque y nos desafíe a una entrega mayor por amor.
El Señor te bendiga y que tengas un buen sábado.
Fuente: Radio Maria Argentina