En aquel tiempo, la fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes,y él dijo a sus allegados: “Este es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos”.
Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe,porque Juan le decía: “No te es lícito tenerla”.
Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta.El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodesque prometió bajo juramento darle lo que pidiera. Instigada por su madre, ella dijo: “Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”. El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre.
Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús.
Palabra de Dios
P. Juan Martinez Sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba
Buen día amigos de la Radio. Nos acercamos al encuentro de Jesús atraídos por su Palabra. Hoy contemplamos la muerte de Juan Bautista; y a la vez descubrimos la necesidad de un testimonio claro y concreto de nuestra fe para llenar de esperanza el mundo.
Juan denunciaba las ambiciones de poder entre la familia herodiana. Herodes Antipas estaba en adulterio con Herodías, esposa legítima de su hermano Filipo, con el fin de apoderarse de todo el territorio, a la muerte de su hermano.
Antipas, es un contra testigo. Se entera de la fama de Jesús y lo confunde con Juan el Bautista resucitado; esta afirmación no pasa de ser un vago comentario, que no le cambia la vida. Tampoco había sido capaz de ser coherente con la admiración que sentía por Juan el Bautista, arrestándolo ilegalmente, metiéndolo en un calabozo y luego haciéndolo decapitar, porque Juan puso al descubierto su adulterio.
Juan será testigo de la verdad. Igual que la mayoría de los profetas que lo precedieron, Juan era la conciencia crítica ante corrupción de los jefes de pueblo de Israel. Ni el poder del rey, ni el miedo por su vida, hicieron que su voz callara las injusticias que veía.
Juan, siguiendo la tradición en el pueblo de Israel, como todo profeta, pagó con su vida ser mensajero de la verdad. La habilidad de Herodías y el poder de seducción de su hija, condujeron al embriagado rey a condenar a muerte al Bautista.
Es una constante de la historia, las persecuciones allí donde hay alguien que denuncia de modo claro y comprensible, con su vida y con sus palabras, la verdad de Dios. La verdad molesta, del mismo modo que molesta el amor, porque significa renunciar a nuestros propios intereses egoístas y pide la apertura y disponibilidad al otro.
Cuánta buena noticia hemos recibido hoy, Jesús sigue desestabilizando la seguridad de quien se siente instalando. Siempre da una oportunidad para acercarse a Él pero cuenta con una sincera adhesión. Que el testimonio del Bautista, nos anime también a ser instrumentos con los que Dios sigue preparando el camino a su Hijo.
El Señor te bendiga y buen sábado.
Fuente: Radio Maria Argentina