Evangelio según San Mateo 23,1-12

miércoles, 19 de agosto de
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Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: “Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.

 

Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar ‘mi maestro’ por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar ‘maestro’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos.

 

A nadie en el mundo llamen ‘padre’, porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco ‘doctores’, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


 

P. Juan Martinez sacerdote de Arquidiócesis de Córdoba

 

 

Buen día al espacio del encuentro con Jesús en la Palabra. A una semana de la Asunción de María celebramos a María Reina, entre los misterios gloriosos en el que culmina esta mirada de la Madre que ya que en la presencia de Dios, Reina junto a Cristo concediendo vida, protección y cuidado para nosotros sus hijos peregrinos.

 

Ciertamente estas cuestiones de la realeza en culturas como la nuestra donde las monarquías no son tan decidoras y si algo dicen no nos ayudan tanto en lo que se refiere a la fe, podemos inicialmente decir que esto de la realeza es sinónimo de soberanía.

 

El texto de san Lucas de hoy nos ayuda a rezar, gustando en María que con su sí ha conquistado para todos nosotros un tiempo nuevo. Se abrió paso en la historia el eterno mediante el Sí aquella joven en galilea.

 

Contemplando entonces esta escena del Evangelio y el título de María Reina, como soberana, es decir la que con sí ha adquirido para Dios la amistad de la humanidad en la que su Hijo se hace carne y para nosotros nos ha alcanzado la comunión con Dios que la desobediencia original había fracturado; nos podríamos preguntar:

 

¿Qué si Dios está esperando de nosotros para seguir abriendo paso a Jesús en nuestro tiempo? ¿Qué sí la humanidad espera de nosotros para tener acceso a la amistad con Dios?

 

Cuando los discípulos de Jesús, como Iglesia, contemplamos a María vemos reflejada en Ella nuestro ser y misión. Que la escena de la Palabra, su intercesión y nuestras buenas obras sigan expandiendo la soberanía del Dios de la vida, de la paz, la justicia en nuestro tiempo y que el otro extremo de ese puente siga alcanzando la amistad de cuántos buscan a Dios en nuestro tiempo.

 

Que el Señor te bendiga y María nos anime en nuestra vocación y misión.

 

Radio Maria Argentina