Evangelio según San Marcos 6,17-29

lunes, 24 de agosto de
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Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado.

 

Porque Juan decía a Herodes: “No te es lícito tener a la mujer de tu hermano”. Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.

 

Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea.

 

La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: “Pídeme lo que quieras y te lo daré”. Y le aseguró bajo juramento: “Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”. Ella fue a preguntar a su madre: “¿Qué debo pedirle?”. “La cabeza de Juan el Bautista”, respondió esta.

 

La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: “Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”.

 

El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.

 

Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 


 

P. Juan Martinez sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba

 

Hola Amigos de la Radio y bienvenidos al encuentro con Jesús en la Palabra. Hoy celebramos la memoria del martirio de Juan el bautista.  La misión de Juan Bautista continúa la línea de los antiguos profetas de Israel, que denunciaban los pecados sociales y anunciaban a su pueblo el tiempo de la presencia de Dios, que los haría salir del oprobio y de la crisis. Es exigente el camino de los profetas.

 

Su muerte confirmó la veracidad de su misión  y es una clave importante para comprender la muerte de Jesús. Fue su Precursor en la vida, y también le precede ahora en la muerte cruel. Juan ha cumplido ya su misión. El misterio de la Cruz de Jesús está ya presente en este martirio. La memoria de los mártires o «testigos» ha sido siempre clave e importante para la vida de la iglesia cristiana. El cristianismo no puede ser entendido, sino como un testimonio fuerte y vivo, del nuevo mundo que irrumpe en la historia en la persona de Jesús de Nazaret. El seguimiento de Cristo no es posible si no estamos dispuestos a asumir la cruz, que significa oponerse a las estructuras de pecado existentes en el mundo y la historia.

 

Que la fiesta del Martirio de san Juan Bautista sea una invitación para que nuestra vida también gire en torno a la Persona de Jesús, lo cual le dará su pleno sentido, y que su ejemplo “nos entusiasme”, para que llenos de Dios, también demos testimonio de nuestra fe en Jesús con valentía.

 

En esta memoria siempre me gusta pensar quién perdió la cabeza?Sin dudas que en el sacrificio Juan, pero nunca fue más dueño de ella en su coherencia, su convicción e integridad.

 

Más triste es lo de Herodes, que en su desatino promete torpeza y en su cobardía no se retracta aún considerando valioso a Juan.

 

Pidamos a Jesús, ser testigos íntegros de su buena noticia siempre desafiada a hacer padecer a quienes la anuncian.

 

El Señor te bendiga.

 

 

Fuente: Radio Maria Argentina

 

Radio Maria Argentina