Martes 8 de enero: Evangelio según San Marcos 6,34-44

martes, 8 de enero de
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Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Este es un lugar desierto, y ya es muy tarde.

Despide a la gente, para que vaya a las poblaciones cercanas a comprar algo para comer”.

El respondió: “Denles de comer ustedes mismos”. Ellos le dijeron: “Habría que comprar pan por valor de doscientos denarios para dar de comer a todos”.

Jesús preguntó: “¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver”. Después de averiguarlo, dijeron: “Cinco panes y dos pescados”.

El les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde, y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta. Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente.

Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado. Los que comieron eran cinco mil hombres.

 

Palabra de Dios


Padre Raúl Gómez sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza

 

Nos encontremos en torno a la Palabra del Señor. Nuevamente vemos a Jesús y una muchedumbre que lo seguía. Dice el texto de San Marcos Jesús al ver la multitud se compadeció de ella porque eran como ovejas sin pastor y estuvo enseñándoles largo rato.

A lo largo de estos más dos mil años, somos muchos lo que pertenecemos a esa muchedumbre que busca en Jesús el consuelo, la fortaleza, el camino de salvación. Sobre todo, buscamos la enseñanzas que Él nos ofrece. Sabemos que somos una multitud, un pueblo necesitado un pueblo con hambre.

Cuando nos situamos en esta escena vemos también a los discípulos que están preocupados al ver a tanta gente y no saben cómo darles de comer. Se acercan a Jesús y le dicen: Ya es muy tarde, despide a la gente para que vuelvan a comprar comida y buscar provisiones. Y Jesús les responde: Denles ustedes de comer.

Éstas palabras las pronuncia sobre cada uno de nosotros. Debemos buscar el alimento necesario para aquellos hermanos que caminan a nuestro lado y tienen hambre y sed de justicia. Pero sabemos que es insuficiente si nos quedamos sólo con lo que tenemos para dar como esos cinco panes y dos pescados que los discípulos pudieron juntar.  Estos siete alimentos simbolizan el número de la plenitud, es decir que nunca va a faltar nada, que va a estar lo necesario en la vida de quiénes creemos en Él.

Así Jesús pronuncia la bendición y envía a sus discípulos a repartir el pan. Dicen que con lo que sobró se llenaron doce canastas. Esas doce canastas tienen que ver con la vida de los discípulos. En eso también somos parte nosotros qué debemos repartir el pan de Dios entre nuestros hermanos.

Pidámosle al Señor la gracia de poder compartir con aquellos que menos tienen, sabiendo que Él nos da lo necesario para que podamos repartir. Te propongo en este día que puedas descubrir ¿cuáles son esos pescados y esos panes, tus dones, que Dios te ha dado para que puedas darlos también a tus hermanos?.

Que tengan una bendecida semana y que el Señor los colme de su amor.