Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario
En la Palabra de este día, la Palabra que Jesús dirije al fariseo que lo había invitado a cenar es dura: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.”
El mismo que lo había invitado estaba más preocupado por la normativa de purificación que por Jesús mismo, estaba más atento por lo externo, que lo que importa en realidad, lo interior.
Cuántas veces y con cuanta frecuencia, nos sucede tambien lo mismo que al fariseo, estamos mas atentos y preocupados por lo exterior, lo que aparentamos, que por lo que verdaderamente somos o son los demás.
Cuantas veces nos preocupamos más por el que dirán, en vez de ocuparnos por ser verdaderamente desde dentro, lo que Dios quiere de nosotros.
Y cuánto nos cuesta también valorar, conocer y reconocer al otro, como es y no por lo que aparenta, nos llenamos de prejuicios o peor aún exigimos al otro muchas veces, cosas que ni siquiera nosotros mismos vivimos o intentamos vivir.
El Señor nos regale un corazón sencillo y humilde, sincero y transparente, para manifestar y mostrar a Jesús, como somos realmente; nos regale Él también una mirada profunda para poder conocer y valorar al otro como es realmente y de ese modo poder alabar y glorificar a Dios.
Fuente: Radio Maria Argentina