Y él les enseñaba: “Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad”.
Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre.
Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.
Palabra de Dios
P. Luis Zazano Sacerdote de la Diócesis de Tucumán
El cristiano “farisacio” es el que le gusta aparecer por aparecer. Tiene esa enfermedad de la “aplausolemia” y vive su vida para que lo aplaudan, cuando uno pierde la rectitud de corazon y se olvida que está llamado a cumplir la voluntad de Dios pierde el centro se su vida y todo cae.
Por otra parte vemos al cristiano “viudo” que actúa con servicio y en silencio, confía. Si querés saber como es un verdadero cristiano te diré que hace mucho pero con poco ruido.
Vos y yo no tenemos que hacer tanto ruido y no buscar que nuestra vida se encare desde un aplausometro sino desde tu amor a Dios que se realiza en lo secreto. Buen domingo
Fuente: Radio Maria Argentina