Oleada Joven – Evangelio según San Lucas 14,15-24

martes, 3 de noviembre de
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Al oír estas palabras, uno de los invitados le dijo: “¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!”.Jesús le respondió: “Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente.A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: ‘Vengan, todo está preparado’.Pero todos, sin excepción, empezaron a excusarse.

 

El primero le dijo: ‘Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disculpes’.El segundo dijo: ‘He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego me disculpes’.Y un tercero respondió: ‘Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir’.

A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, y este, irritado, le dijo:‘Recorre en seguida las plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los paralíticos‘.

Volvió el sirviente y dijo: ‘Señor, tus órdenes se han cumplido y aún sobra lugar’.El señor le respondió: ‘Ve a los caminos y a lo largo de los cercos, e insiste a la gente para que entre, de manera que se llene mi casa.Porque les aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena'”.

 

 

Palabra de Dios

 

 


Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Diócesis de Merlo – Moreno

 

 

 

Queridos jóvenes, queridos muchachos y chicas.Hoy martes 5 de noviembre leemos en el evangelio según San Lucas en el capítulo 14 el versículo  1 y los versículos 15 al 24. Es el texto en el que Jesús nos enseña la parábola de los invitados descorteces, esto es una invitación de aceptar la propuesta del Señor que nos invita a la fiesta del Reino, que nos invita a compartir con él su momento de alegría de celebración en su presencia.

 

 

Cuenta el evangelio que los invitados se excusaron: uno porque compró cinco yuntas de bueyes, el otro porque se acaba de casar y no puede ir, el otro, el primero, acababa de comprar un campo y tiene que ir a verlo. Los 3 se disculparon de esa invitación que hizo el dueño de la finca.

 

 

Feliz el que se siente a la mesa del Reino de Dios, dice Jesús y ahí es cuando cuenta esta parábola.

 

 

Que  importante muchachos y chicas que sepamos escuchar al Señor que nos invita, que bueno que nosotros descubramos en nuestras vidas aquello que nos hace felices consultando al Señor, preguntando a Jesús en la oración y también consultándolo con otras personas, sabias  que nos pueden ayudar a descubrir precisamente la voluntad de Dios, que quiere Dios.

 

 

Es por eso, siempre estemos atentos a cuando el Señor nos puede sugerir algo, en el corazón, en la oración, en algún hecho de nuestras historias, en algún signo de nuestro tiempo. En este sentido, les recuerdo, lo que el papa Francisco hace muy poco le decía a estudiantes de escuelas en Italia, que lo que está en crisis es el valor de la persona humana y nosotros tenemos que defender la persona humana. A veces tenemos que tocar fondo para decirle que Si a Dios, en aquello que nos pide y verdaderamente nos va hacer feliz y no hacer la nuestra.

 

 

Muchas veces las crisis nos hacen sufrir, dice el papa, pero debemos saber leer las crisis, que quiere decirnos Dios a través de lo que nos pasa. Que significa? ¿Que debo hacer yo para ayudarme para salir de la crisis?Cada situación que estamos viviendo en cada momento, continúa el papa, y en este momento suele ser una crisis humana.

 

 

Entonces, ¿por qué? ¿Por qué tengo este problema de trabajo? Este problema económico? ¿Por qué tengo este problema en mi familia? ¿Por qué me está pasando lo que me sucede en la universidad, en el colegio? ¿Porque estoy de mal humor con todo el mundo?¿Que quiere decirme Dios?

 

 

Y ahí es cuando voy a sentir, que precisamente me invita a la fiesta, por eso, sintámonos invitados. Sintámonos que esta mesa puesta brinda un espacio distinto al que nos puede ofrecer la sociedad, que muchas veces nos excluye o que nos pueden ofrecer otros ámbitos, de cosas que nos pueden agradar en un momento, pero que luego terminan frustrándonos.

 

 

Les deseo todo bien muchachos y chicas, que el Señor los bendiga y acompañe y que todos ustedes oyentes de Radio María sepan, todos sepamos descubrir que quiere Dios, a que nos llama y cuál es la invitación que nos está haciendo en el marco de las grandes decisiones de la vida y en lo cotidiano.

 

 

Oleada Joven