Evangelio según San Mateo 21,28-32

lunes, 14 de diciembre de
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Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: ‘Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña’.

El respondió: ‘No quiero’. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: ‘Voy, Señor’, pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?”. “El primero”, le respondieron. Jesús les dijo: “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.

En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él”.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario

 

 

 

En esta tercer semana de Adviento, la Palabra nos sigue invitando a la conversión, a prestar atención, a reconocer, a tomar decisiones y actitudes concretas que manifiesten nuestro reconocer y recibir la Misericordia.

Con la Parábola de los dos hijos, Jesús pone sobre la mesa la actitud incoherente de los sumos sacerdotes y ancianos del Pueblo, que diciéndose creyentes y religiosos, no le creyeron a Juan y no se convirtieron y en contrapartida, el reconocimiento de la Fe y conversión sincera de los publicanos y prostitutas.

Que grande es la cercania de Dios al pecador, siempre ofreciéndole un cambio de vida, Él siempre ofrece su perdón y llama a la conversión a los más lejanos y ofreciendo su Reino a todos.

Será tarea nuestra, tuya y mía, responder, no sólo de palabra, sino con toda la vida, al llamado del Padre de trabajar en su viña, reconociendo con humildad que muchas veces como creyentes le decimos que sí al Señor, pero sólo de palabra, porque estamos demasiados ocupados, preocupados por infinidad de tareas y no miramos al cielo, decimos que creemos pero no buscamos reconciliarnos, a veces ni siquiera un tiempo diario de oración, no prestamos atención al Señor que viene, en cada hermano necesitado, en cada situación de vida.

¿Seguiremos dejando para mañana, el abrir el corazón a la misericordia? Seguiremos sin prestar atención y reconocer a Dios que viene a nuestro encuentro cada día? ¿Seguiremos presumiendo ser creyentes y no responder al camino de salvación, creyendo?

Dios y Padre nuestro que amas y derramas tu Misericordia sobre todos tus hijos, dame un corazon humilde y sencillo, que no presuma de mi mismo, sino que se reconozca necesitado de tu perdón y misericordia. Que mi corazón esté siempre disponible, siempre abierto a recibir tu misericordia, tu perdón, a responder que si a tu llamado no sólo de Palabra, sino con obras y de verdad.

Que tengas lindo día. Dios te bendiga

 

 

 

Fuente: Radio María Argentina

 

Radio Maria Argentina