Evangelio según San Lucas 1,39-45

lunes, 14 de diciembre de
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María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?

Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


P. Luis Zazano sacerdote de la Diócesis de Tucumán

 

 

 

En Maria vemos dos actitudes a trabajar en nuestro corazón, camino a la Navidad:

1) La humildad: es aquello que vemos incluso en la primera lectura. Ser pequeño y humilde no significa ser sumiso o “inútil”. Ser pequeño es saberte necesitado de Dios y que sólo Él puede enriquecerte. En María vemos la consecuencia de la humildad: la “obediencia”. Porque una persona humilde es obediente y una persona obediente es humilde.

2) El servicio: la servicialidad es la consecuencia del encuentro con Dios, María se hace misionera y lo lleva a Jesus a Isabel, le lleva la Alegría.

Es lo que vos y yo tenemos que hacer, llevar a Jesus y ayudar al necesitado, que no pase este año de la misericordia sin que ayudes a alguien, lleva a la Alegría, pero primero debes tener a Jesus para darlo.

A prepararse para que en esta Navidad El Niño Dios nazca con ternura en nuestro corazón.

 

 

Fuente: Radio Maria Argentina

 

Radio Maria Argentina