Evangelio según San Lucas 1, 57-66

lunes, 21 de diciembre de
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Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: “No, debe llamarse Juan”.

Ellos le decían: “No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre”. Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”. Todos quedaron admirados.

Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.

 

Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: “¿Qué llegará a ser este niño?”. Porque la mano del Señor estaba con él.

 

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Dócesis de Merlo – Moreno

 

 

Muy queridos hermanos y hermanas, muy queridos oyentes, muy queridos amigos de Radio María, en el Evangelio de hoy se proclama el nacimiento del precursor del Señor, Juan el bautista, es el profeta que el Señor había prometido enviar antes de que llegase su día.

 

Dice el Evangelio que al cumplirse el tiempo en el que Isabel había de dar a luz, tuvo un hijo, sus vecinos y parientes fueron a visitarla cuando supieron que el Señor había sido tan bueno con ella, a los 8 días llevaron a circuncidar al niño y querían ponerle el nombre de su padre Zacarías; Pero la madre dijo: “No, tiene que llamarse Juan”. Le contestaron: “No hay nadie en tu familia con ese nombre”.

 

Entonces preguntaron por señas al padre del niño para saber Que nombre le quería ponerle, el padre pidió una tabla para escribir y escribió: “Su nombre es Juan” y todos se quedaron admirados, en aquel mismo momento Zacarías recobro el habla y comenzó a alabar a Dios, todos los vecinos estaban asombrados y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido, cuantos lo oían se preguntaban a si mismos: “Que llegará a ser este niño, porque ciertamente el Señor mostraba su poder a favor de el”.

 

Mañana queridos oyentes de Radio María ya es 24 de Diciembre, a la noche tendremos la misa de la vigilia y la celebración de la Noche Buena y la Navidad y pasado mañana 25 de Diciembre estaremos celebrando que Cristo Jesús. El Hijo de Dios hizo suyo lo que era propio de los humillados y los excluídos, hizo suyo lo que era propio del hombre que venia a salvar, es navidad.

 

Ya nos estamos adelantando a esta celebración hermosa de la venida de Dios al mundo. Es la señal esperada de que esta cerca la salvación, a nuestro adviento hoy se le cumple el tiempo: Un niño nos va a nacer, que será la bendición de todos los pueblos y el que viene a nosotros, nos dice: “Ojo, estate atento porque estoy a la puerta llamando, si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos”.

 

Escuchemos y abramos la puerta para que entre Jesús en la Navidad, hagamos de nuestro corazón y de nuestra familia y de nuestra comunidad, hagamos de nuestro barrio y la comunidad, un pesebre abierto por Jesús, al Padre Dios porque cumple su voluntad y a los hermanos, a todos nosotros que estamos llamados a no cerrar los ojos porque el Señor viene a salvarnos.

 

Esta noche buena y esta navidad, abra el corazón y nos ayude a entender que si Dios está con nosotros, quien contra nosotros, que El es nuestro hermano y nuestro amigo.

 

Noche buena y Navidad puede ser muchas cosas para la sociedad, pero para los cristianos, es el pesebre, el centro. Esto es lo que hoy en sintonía con la visita de María a su prima Santa Isabel, en sintonía con Juan el bautista, que son como el centro de esta última semana de adviento nos hagan descubrir que, en cada una de las figuras principales del pesebre, Jesús, María y José encontramos la enseñanza, el estilo de vida y lo que le gusta decir al Papa Francisco: “El modo de ser Iglesia, que haga de una Iglesia una puerta abierta para Cristo y para los hermanos”.

 

Ya comenzado el año de la Misericordia y de la ternura, ya hemos abierto las puertas santas en los lugares en los que nos encontramos, en las diócesis a las que pertenecemos.

 

Que bueno que esta puerta santa, siga abierta para que TODO el que quiera entrar pueda hacerlo con facilidad y aquellos que están pensando “Entro o no entro” puedan hacerlo con la certeza de que, no solo Dios les abre el corazón sino que hay una comunidad cristiana que los está esperando.

 

Que el Señor los bendiga y los acompañe y muy feliz noche buena y navidad, mañana y pasado para todos ustedes.

 

 

Fuente: Radio María Argentina

 

 

 

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