Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: “Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo
y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”.
Palabra de Dios
P. Luis Zazano sacerdote de la Diócesis de Tucumán
El bautismo es el sacramento en el cual se funda nuestra fe, nos hace familia de la iglesia porque nos convertimos en hijos de Dios.
El bautismo no es una formalidad, no es un sólo rito, aunque muchos caen en un bautismo social más que eclesial, algunos bautizan cuando tienen dinero para la fiesta y no cuando el niño lo necesita.
Vos sabes la fecha de tu bautismo? El riesgo de no saberlo es perder la memoria de lo que el Señor ha hecho con nosotros.
Si logramos seguir a Jesús y permanecer en la Iglesia, incluso con nuestros límites, con nuestras fragilidades y nuestros pecados; nos da la capacidad de vivir con esperanza. Gracias al bautismo podemos perdonar, podemos amar y a reconocer a mi hermano necesitado.
El bautismo no me lo puedo dar, alguien me da este sacramento, es una cadena de gracia, por tanto es clave que cuando recibo el bautismo soy parte de una familia que me acoge y recibe.
Tené memoria y recorda que si sos bautizado tenes una familia, una historia y una misión.