Nicolás Pueta nos deja un testimonio de superación, de lucha por alcanzar los sueños. Es jugador de rugby de San Andrés. Supo enfrentar los obstáculos físicos para poder disfrutar a pleno de su deporte preferido.
Nicolás tiene una malformación congénita que a pesar amenazar con dejarlo fuera de competencia, a él le significaron un verdadero motor que lo llevó a desafiar sus límites poniendo todas sus ganas en el Rugby, su pasión.
Nico siempre quiso ser un jugador más. Esto lo hizo acreedor de los premios “Espíritu del Rugby IRB”, Cap Honorífico URBA y ser nombrado “Leyenda del Rugby”.
Ésta historia tiene sus tramos duros, difícles. Existieron médicos que le recomendaron no jugar. Los entrenamientos, sobre todo los primeros fueron muy duros pero su convicción y amor por este deporte fueron mucho más fuertes.
“No era tan romántico. Yo estaba convencido y la respuesta negativa para mí no era suficiente. No iba a descansar hasta, por lo menos, probar. Si yo jugaba y comprobaba que no servía para nada, yo soy el peor crítico de todos…”
“El Rugby en mi vida es todo. Por el Rugby, pude conocer gente, lugares, amigos, conocerme más a mí mismo, compartir situaciones. Hoy, por ejemplo, me dedico a hacer giras deportivas y doy charlas de motivación.”
Nico incluso tuvo una carrera internacional. Hizo un intercambio en Inglaterra y jugó para Whitley Bay Rockcliff RFC, de la segunda división regional del noroeste y luego en Holanda para Maastricht Maraboes RC, del ascenso.
Nico nos deja una lección, la única lucha que se pierde es la que se abandona.
Fuente: Rugby en Córdoba