Dios de vida, que cuidas de toda la creación
y nos llamas a la justicia y a la paz, que nuestra seguridad no venga
de las armas, sino del respeto. Que nuestra fuerza no sea la
de la violencia, sino la del amor. Que nuestra riqueza no sea
la del dinero, sino la del compartir.
Que nuestro camino no sea el de
la ambición, sino el de la justicia. Que nuestra victoria no sea
la de la venganza, sino la del perdón. Que nuestra unidad no sea la
del poder, sino la del testimonio
humilde de tu voluntad.
Que abiertamente y con confianza podamos
defender la dignidad de toda la creación,
compartiendo, ahora y por siempre,
el pan de la solidaridad, la justicia y la paz.
Esto pedimos en el nombre de Jesús,
tu santo Hijo, nuestro hermano, que,
como víctima de nuestra violencia,
desde lo alto de la cruz
nos perdonó a todos nosotros.
Amén.
Fuente: Vatican.va