Jesús, tantas veces no te amé,construí un muro de objeciones alejándome de la posibilidad de amar.
Estaba perdido en un laberinto de excusasque mareaban la chance de responderte sí.
Y así dejaba pasar la oportunidad de amarcon “peros” que sembraban dudas y las dudas traían consigo temores por lo que podría o no ser.
Replegaba mis pasosconvenciéndome en que alguien ya pasaríay daría aquella respuesta;me desligaba de Tu invitación que era para mí.
Señor, dame la gracia de arriesgarme,que ya sé que es preferible sufrir por haber amadoque no por no haberlo hecho.
Renova las posibilidades de darme,que más allá de cómo sea recibido,siempre es fecundo porquenada de lo amado se pierde
Luz Huríe