Espíritu Santo, toma mis manos,
que buscan poseer, dominar,
que se cierran egoístas,
que se aferran a los ídolos.
Tómalas Espíritu, y conviértelas
en caricia, servicio, sanación.Extendidas en ofrenda,
abiertas para dar, elevadas para adorar,
como las manos de Cristo.
Espíritu, toma mis piernas,
a veces paralizadas, otras veces
en camino hacia el mal,
trepando hacia el poder y la gloria vana, o dando vueltas y vueltas,
incapaces de avanzar.
Conviértelas en valentía,
en marcha decidida,
en camino hacia el otro,
en búsqueda, como las piernas de Cristo.
Espíritu, toma mi corazón
que se deja engañar y
atrapar por tantos afectos torcidos, que se asfixia entre tantos
deseos que lo dejan vacío y ansioso,
que se endurece para que no le quiten nada,que se llena de criterios mundanos,
que se vuelve negativo, duro, calculador. Tomalo Espíritu Santo, y conviértelo en ternura,
en compasión, en libertad.
Hazlo hambriento de Cristo,
sediento de tu amor, y capaz de amar
como él al más pequeño, al más simple,
al más pobre. ¡Amén!
Victor Manuel Fernández