Querida Madre del Adviento y de la Nochebuena

miércoles, 23 de diciembre de
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 Querida Madre del Adviento y de la Nochebuena:

El don que nos haces es traernos a Jesús.
Él irrumpe en tu vida como un huracán
Y has hallado así tu gran amor:
Su cuerpo, su rostro, su nombre y su corazón.

Lo has acogido como la Esclava del Señor,

y pudiste exclamar:
¡Hoy ha llegado la salvación a esta casa!

 

Nos quieres regalar al fruto bendito de tu vientre,
A este Niño que “dispersa a los soberbios y exalta a los humildes”,
Que sacude al mundo trayéndole el

fermento de la libertad, que es la gracia.

Canto de esperanza y hombre nuevo,
Que nos hace renacer a una relación

de amor hasta hoy desconocida.
Que surja del fondo de nuestro ser, en esta Nochebuena,
El canto de elección, la dulzura y optimismo

que tú experimentaste la noche de Belén.

 

Escucha, Madre, el murmullo obstinado de tus hijos:
Acompaña a los tristes y solitarios,
Regala a todos la verdadera dignidad,
El pan, el trabajo, la vivienda, la instrucción,

la salud y la justicia.

Así podremos gozar de la felicidad y

la paz que anunciaron los ángeles.

 

Sumérgenos hasta el fondo de ese mar
Que es sentirse amado del todo,
Sin que nada quede fuera o separado,
Sin que nada pueda romper las

oleadas de victoria en nuestras vidas.
Este torrente que todo lo envuelve y arrasa:
Navidad, amor y paz AMEN.

 

 

 

 

 

Oleada Joven