Me paro frente al espejo llorando.
En mis oídos suena algo parecido a “aquí estoy para hacer tu Voluntad…” y siento que Él está acá. Me ve, me escucha.
Estoy en su búsqueda, más intensa que nunca. Lo necesito, lo siento, pero a veces se me escapa. O, mejor dicho, me escapo, me pierdo, me escudo en excusas sin sustento.
Sé que el camino que me lleva a Él, no es fácil, los dos lo sabemos, me cuesta aceptarlo.
Convencida estoy que en Él, puedo econtrar muchas respuestas a mis dudas, el consuelo de los días díficiles, y el combustible para seguir adelante en los momentos como éste.
Lo veo, está ahí, en los ojos del que sufre en silencio, del que no vive la vida que quisiera, del que me mira de reojo cuando le hablo de Fe, de Amor, de Paciencia.
Pero este año es muy distinto a otros. Yo soy muy distinta a la de otros años.
Hoy, voy en su búsqueda, verdadera. Ya no quiero quedarme de brazos cruzados, viendo marchitarse los sueños.
Y mañana, cuando simbólicamente no esté, será otra oportunidad para silenciar los reproches, pedir sincero perdón, y preparar el corazón para su regreso.
Mi primera Pascua sentida, esperada. A pesar de mis contradicciones, de mis fallas, estoy cerca, lo sé.
Me llena de Felicidad saber que en esto, no estoy sola….