RESCATE

viernes, 16 de octubre de
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Cuando siento que ya no puedo seguir, cuando la oscuridad es tan intensa que no hay modo de salir.

 

Cuando el ruido atormenta mis sentidos, cuando las preocupaciones son tan grandes que pesan más que las bendiciones.

 

Cuando el miedo adormece mis piernas, cuando dar un paso se hace imposible que la única solución sería dejarse caer.

 

Ahí, exactamente en ese momento, cuando me siento morir, mi corazón se enciende.

 

Poco a poco Tu fuego va ardiendo dentro de mi, casi imperceptible tomás todo mi ser y me llenás de paz.

 

Justo cuando creí que todo estaba perdido aparecés de maneras impensadas para mostrarme Tu presencia.

 

Y las cosas se van tornando un poco más nítidas, y ya no hay tanta oscuridad como al principio.

 

Sin querer esbozo una sonrisa, porque recuerdo que es Tu presencia la que calma mi tormenta.

 

De pronto me levantás de un tirón y me cargás en tus espaldas. Y descubro que no hay mejor lugar en el mundo para estar.

 

Me llenás de seguridad, de confianza, de esperanza.

Mostrás tu misericordia y compasión ante este ser que estaba deshecho.

 

Desde entonces no quiero ir a otro lado, no quiero apartarme de Vos.

Al final de este tormento hiciste que encuentre mi felicidad.-

 

Natalí Armendía