Dios vive en la ciudad

martes, 17 de noviembre de
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La fe nos enseña que Dios vive en la ciudad,

en medio de sus alegrías, anhelos y esperanzas,

como también en sus dolores y sufrimientos.

 

Las sombras que marcan lo cotidiano de las ciudades,

violencia, pobreza, individualismo y exclusión,

no pueden impedirnos que busquemos

y contemplemos al Dios de la vida

también en los ambientes urbanos.

 

Las ciudades son lugares de libertad y oportunidad…

En ellas las personas tienen la posibilidad de conocer a más personas,

de interactuar y convivir con ellas…

 

En las ciudades es posible experimentar

vínculos de fraternidad, solidaridad y universalidad.

En ellas el ser humano está llamado a caminar

siempre más al encuentro del otro,

convivir con el diferente,

aceptarlo y ser aceptado por él.

 

 

Aparecida

 

Oleada Joven