Y entre tantos paisajes cotidianos, de repente sucedió lo inesperado: aquella persona que alguna vez fue parte de mi vida pero que se había ido sin dejar una nota hacia dónde iba (pero sí un hueco doloroso), daba señales de vida y decía que ya estaba de vuelta.
¿Qué es mi corazón? ¿Un hotel donde los demás pueden entrar o salir sin pedir permiso? ¡Señor mi corazón es frágil, es débil! Necesita ser protegido, ¡necesito que me cuides!
No puede irse ni volver así, no y no estoy dispuesto a salir herido otra vez. Estaba bien, tranquilo, cómodo y ahora se ha vuelto a mover toda mi vida.
Y susurraste:
“Acaso, ¿no es lo mismo que vos Me haces cada vez que te alejas, que me ignoras en tus días, que dejas de hablarme o escucharme?. Sin embargo, aquí estoy esperándote para cuando regreses; permanezco dentro tuyo, aunque me ocultes. Te soy fiel aunque vos te vayas sin dejar una nota, aunque no me invites a ir contigo.
¡Ponte contento y estate atento que con él te llega mi invitación de amar un poquito más que ayer! De dejar de mirar tanto tus heridas y de darte lugar para que Yo te sane y crezca un fruto que jamás habrás imaginado pero que Yo he soñado desde siempre para vos”
Señor, así yo vaya o venga,siempre estás,si no vuelvo salís a buscarme,si estoy devueltadejas la puerta sin llave.
Desbórdame de tal manera que no pueda guardarte,Despabílame de tal manera que no tarde en salir al encuentro.Recuérdame el barro que soy de tal maneraque no me esconda tras el orgullo.Abrázame con Tu misericordia de tal manera que nada pueda detenerme al compartirla.
Muéveme de tal maneraque no tema y prefiera sufrir por amorque sufrir por no haber amado.
Señor, que Tu Graciame enseñe a ser fiel a Tu Amor,a amar como Vos me amas.Pero más Bien, no lo hagas a mi manera,hazlo a la Tuya,que siempre será la mejor.
Amén
Luz Huríe
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