Santa Presencia.

viernes, 8 de agosto de
image_pdfimage_print

Cada mañana al despertar, vuelvo a sentir tu presencia. Puedo respirarte. Otro día de vida. Una nueva oportunidad para encontrarme con vos, para vivir desde vos, para descubrirte en cada momento, en cada corazón.

Pero el día transcurre… las actividades, las preocupaciones, el trabajo, las idas y vueltas, me van quitando de tu aire, me voy alejando de vos. Por momentos, me olvido de que estás conmigo, te niego y busco hacer mi camino.

Pero vos me conocés, sabés lo frágil que soy, lo débil que es mi naturaleza. Y no dejás de mirarme, de cuidarme. Me volvés a abrazar. Me recibís como a tu hija muy querida y mi corazón se conmueve ante tanto amor entregado. Amor del que no me siento digna, pero vos en tu inmensa misericordia me tomás entre tus brazos y me decís al oido cuanto me amás. ¿Cómo resistirse a esas Palabras? ¿Cómo no escucharte? Si me has conquistado el corazón.

El día se acaba; y tu amor vela por mi descanso… El Mañana se acerca… Una nueva oportunidad para sentirte, para respirarte, para vivir mi vida en tu Santa Presencia. 

 

Soledad Daniela Escalante