Evangelio según san Juan 1, 29-34

sábado, 18 de enero de
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Juan Bautista vio acercarse a Jesús y dijo: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A Él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que Él fuera manifestado a Israel». Y Juan dio este testimonio: «He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre Él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo”. Yo lo he visto y doy testimonio de que Él es el Hijo de Dios». Palabra del Señor.

Palabra de Dios 


 


 


 

Reflexión del P. Raúl Gómez sacerdote de la Parroquia Santa Rosa de Lima de la Diócesis de Mendoza

 

Hola a todos hola chicos nuevamente la palabra del Señor nos convoca. Esta palabra que nos trae la esperanza que nos renueva en la fe, que nos invita a vivir plenamente el amor del Señor.


Esta es la palabra que el Señor en este domingo nos regala el evangelio de San Juan nos relata claramente, como, Juan Bautista ve a cercarse a Jesús y pronuncia estas palabras que supongo sale de lo profundo del corazón del Señor: “este es el cordero de Dios el que quita el pecado del mundo”. Y Juan relata: “a él me refería de aquel que viene antes que yo, aquel que me ha precedido a quien yo he anunciado”. Dice, Juan Bautista: “yo he venido a traer un bautismo, sin embargo, él ha venido a bautizar con el fuego del Espíritu Santo”.


Pidámosle, entonces, al Señor que a la luz de este evangelio podamos como Juan el Bautista dar testimonio. Porque Juan tuvo la experiencia, por un lado, de ver a Jesús de conocerlo y de anunciarlo.


Cada uno de nosotros como Juan el Bautista estamos llamados a señalarle el camino a tantos hermanos que el Señor va poniendo a nuestro alrededor. Señalarles, a quién deben seguir. Al cordero de Dios, a Jesús, al Emmanuel, al Mesías. Aquel que trae la alegría, Aquel que trae la esperanza, Aquel que nos renueva su amor al Padre. Juan Bautista, reconoce que él es testigo. Jesús es la luz de la cual Juan da testimonio.


Pidámosle al Señor, entonces, en este día que también nosotros nos podamos dejar renovar por esta presencia del Señor. Por este Señor que viene con su fuerza a impulsarnos para anunciar el Reino de los Cielos. Este Señor que se revela, a través, de signos concretos. Especialmente, a través, de la presencia de Jesús. Presencia, que no sólo conocemos en la palabra, sino que la reconocemos claramente en la eucaristía. La palabra hecha carne que ha venido a vitar entre nosotros.


Queridos chicos pidámosle al Señor que realmente podamos ser servidores como lo fue Juan Bautista. Él tuvo en claro la misión que el Padre le confió, que era la de señalarle el camino a muchos hermanos y, sobre todo, a reconocerse él como servidor. Ya que, el que es más grande que el Señor.


Pidámosle, entonces, al Señor en este día en esta semana que podamos poner en práctica. Ser, cada uno de nosotros, pequeños Juanes Bautistas muestre el camino al Señor.


Bueno que tengan una linda semana que esta palabra los inspire, los movilice, los renueve y, sobre todo, que los acerque más al Señor.

 

 

Oleada Joven