Evangelio según San Marcos 6,7-13

martes, 4 de febrero de
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Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero;que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos túnicas.

Les dijo: “Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir.Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”.

Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión;expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.


Palabra de Dios




 P. Jorge Rodríguez de la Pastoral de Juventud de la Diócesis de Lomas de Zamora


¡Queridos Amigos de los Jueves de Oleada Joven!


El Señor, nos reune entorno a su Palabra otra vez y quiere hablarnos al corazón.


El Evangelio que la Iglesia nos propone en este jueves, nos lleva a encontrarnos con Jesús que envía a los discípulos a la misión. Èl los había llamado para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios, signo que hacía presente la fuerza liberadora de la presencia del Reino.


Durante un tiempo habían estado con Él, lo escucharon hablar en parábolas y lo vieron curar a los enfermos y revivir a los muertos, ahora serán ellos los enviados a anunciar que Dios, viene a salvar a su pueblo con palabras y con gestos. Sin embargo,antes de enviarlos, les da algunas explicaciones prácticas o como le gustaba decir a un sacerdote amigo “consejitos de vida eterna”.


Primero les indicara que no tienen que llevar muchas cosas, porque las cosas encierran una paradoja, pueden sernos muy útiles en ciertos casos pero, al mismo tiempo, pueden darnos falsas seguridades y hacernos creer que la fuerza del Evangelio, viene de ella y no del Espíritu Santo que nos impulsa.


En su pobreza de discípulos se pondrá de manifiesto, que la fuerza con que se hacen los milagros, no viene de ellos sino de Dios. Luego, les dirá que vayan a todos lados, que se queden donde los reciban y que se vayan donde no los reciben, los quiere misioneros, los quiere predicadores itinerantes, apasionados del Reino y su presencia renovadora.


Pidamósle al Señor, en este jueves, en este tiempo de vacaciones, tiempo de recreación, poder recibir nosotros también esa fuerza que viene de Él y que nos impulsa a la misión.


Pidamósle, que nos liberé de la trampa del “tener” para poder “ser más auténticos”.


Pidamósle, que nos entusiasme con esa pasión por el Reino que tenían los apóstoles, para que nosotros también podamos ser “Discípulos Misioneros” y gustar la dulce y confortadora alegría de evangelizar.

 

Oleada Joven