Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:“Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo:’Este comenzó a edificar y no pudo terminar’.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Arquidiócesis de Rosario
Jesús es acompañado por mucha gente, que asombrados y maravillados por el poder de su Palabra y de sus milagros, lo siguen por el camino queriendo estar cerca suyo.
Jesús sin demasiadas vueltas, dirigiéndose a ellos les manifiesta con mucha claridad quién no puede ser su discipulo:
* quién no esta dispuesto a renunciar a su padre, hermanos, a sí mismo.
* Quién no carga con su cruz
* Quién no renuncia a todo lo que tiene.
Esto es lo que tiene que calcular, quien quiere ser su discipulo, si está dispuesto a renunciar a todo, dejar todo por seguirlo.
Somos muchos los que seguimos al Maestro, quienes siendo bautizados formamos parte del pueblo de Dios y me pregunto y te pregunto, ¿estamos dispuestos a desprendernos de todo y cargando sólo nuestra cruz; a seguirlo?
En una sociedad, de la cual somos parte, donde todo se quiere tener y poseer, donde todos buscamos seguridades y derechos sin querer darse a si mismo, donde quizas el mismo ser cristiano es una búsqueda de seguridad y serenidad, las condiciones que nos deja el evangelio de hoy, son medias locas, difíciles.
Si, renunciar a todo para seguirlo como discípulos, es loco, es la gran apuesta que Jesús nos hace este día y es en ésta respuesta radical, en este darse y entregarse totalmente, donde uno se juega el todo por el todo, donde se vive la plena libertad, la alegría verdadera, el gozo de experimentar que Sólo Dios Basta.
Si se te pegaron falsas seguridades en el camino, si te ves y reconoces apegado a cosas o personas que no son Dios, SACUDITE, dejate sacudir por el señor y abrazando nuevamente tu cruz, encaminate tras las huellas de Jesús, y seguí buscando y construyendo su Reino.