Evangelio según San Lucas 2,22.36-40

lunes, 29 de diciembre de
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Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. Estaba también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido.

 

Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.

 

El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.


Palabra de Dios





 Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Diócesis de Merlo – Moreno

 

 

Queridos hermanos, queridos oyentes, queridos amigos de Radio María, en este día, ya posterior a la Noceh Buena y Navidad, encaminandonos al principio de año, a la fiesta de Santa María Madre de Dios, hoy nos acerca el Evangelio la presentación del niño Jesús en el templo, que es el cuarto misterio gozoso.Ya hemos celebrado la fiesta de la Sagrada Familia, que es el espejo donde debemos mirarnos, los abuelos, papá, mamá, los chicos.


La pregunta para hacernos hoy es ¿Qué es la Sagrada Familia para nosotros?


El niño Jesús es presentado en el templo, Dios es familia, es Padre, Hijo y Espiritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero. Que maravilloso misterio que contemplamos extasiado y que algún día contemplaremos en forma permanente en toda la eternidad.


Ese Dios Trinidad y comunión nos creó a su imagen para que reproduzcamos en nuestras familias todo lo que en Dios vemos de amor, de mutua entrega, de participación y comunión, desviviéndonos también nosotros los unos por el bien y la felicidad de los otros. Eso es familia y a eso estamos llamados por Dios.


Que bueno es contemplar como la Sagrada Familia vive los vaivenes de cualquier familia. Jesús, María y José, lo viven ciegamente confiados en las manos de Dios. Pensemos que la familia de Jesús fue una familia como todas, pobre pero honrada, un José en su taller que a veces cobraba por sus trabajos o no, una María, ama de casa haciendo lo que se puede y un Jesús que aprendía a vivir mirando a sus padres, sus abuelos, tíos y primos. Ayudando en todo lo que un niño puede hacer. Jugando con los niños vecinos, yendo con ellos a la escuela de la sinagoga, aprendiendo los rudimentos de la Ley judía.


Y así es como se dedica a las cosas de su padre y se pierde,. Cuando Jesús llega a los 12 años, entra al templo de Jerusalen y comienza a tomar conciencia de que debe ocuparse de las cosas de su Padre y el va a dar testimonio de la verdad y del amor del Padre Celestial y ahí es cuando, María, la Inmaculada, la Llena de Gracia le reprocha, tu Padre y yo te andabamos buscando, pero Jesús muy claro expresa que su misión es Salvar a los hombres, es abrirse a los demás, hasta la muerte y muerte de cruz.


Tengamos en cuenta como hoy es bombardeada la familia y bilipendeado el matrimonio, también la procreacion y la educación de los hijos, miramos muchas veces con dolor, con consternación como los jovenes son arruinados con drogas, inmoralidad, vanalidades, vioencia, alienaciones y otras cosas, en el fondo, como se reduce la dignidad de la persona.


La gran pregunta en este día y antes de comenzar el año nuevo, ya pasado mañana, preguntemonos:


¿Que hacemos por el bien de nuestras familias? ¿Solo lamentamos y maldecimos? O antes que nada,¿Nos arremangamos para construir todo lo roto que hoy encontramos? Propongamonos propósitos claros, que queremos hacer en este nuevo año con mi familia, con las familias, con la familia.


El Pápa Francisco ha convocado precisamente al sínodo sobre la familia, hagamos lo que podamos y Dios hará el resto.


Les regalo queridos oyentes, las palabras del Papa Francisco: “La verdadera alegría, que se disfruta en familia, no es algo superficial, no viene de las cosas de las circunstancias favorables, la verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenernos mutuamente en el camino de la vida”.


Que Dios los bendiga, que el Señor los acompañe, feliz año nuevo para pasado mañana y que el buen Dios le de a cada uno de ustedes y a toda nuestras familias la Gracia que más necesiten. En el Nombre el Padre y del Hijo y del Espiritu Santo. Amén.

 

Radio Maria Argentina