En muchas acciones que realizamos en las redes sociales, ponemos el corazón para acompañar un: “Te extraño”, un “Te quiero”, un “Te amo”, etc. Estados de Facebook, comentarios de fotos o Historias de Instagram, se plasman de esos signos de ternura.
Pero de verdad ¿Ponemos el corazón en lo que vemos o pensamos? ¿A qué cosas le damos cabida? ¿A quiénes le damos el corazón?
Poner el corazón es acordar con el pensamiento del hermano, es alegrarse por su felicidad, es brindar y celebrar la vida del otro.
Poner el corazón es involucrarse en las miradas, es dar nuestro “Sí” rotundo; marcar nuestro paso, brindar un abrazo y traer un recuerdo que dé gracia y encanto.
Al poner el corazón se derriban las paredes de rencores, se construyen lazos de amistad y se esfuman los prejuicios y temores.