Señor, te pedimos que nos ayudes a no tener miedo
Que la falta de trabajo, la soledad o el dolor,
no nos hagan olvidar que Vos estás siempre con nosotros.
Solo Tu presencia salvadora nos rescata para llevarnos a Galilea
del encuentro fraterno y el compromiso con el prójimo.
Porque con la muerte vencida, tu cruz se ha convertido en un símbolo
de triunfo y de vida.
Señor, Dios del consuelo, que tu amor
misericordioso nos envuelva
y nos acompañe siempre en nuestro diario caminar.
Jesús Resucitado ¿a qué “Galilea” me llamas?
Dejame encontrarte resucitado en mis paisajes de cada día,
en los libros, en la familia, en casa.